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Marcos Chicot presenta en Sevilla su último libro, ‘El asesinato de Pitágoras’, un frenético thriller con el famoso matemático como protagonista que se ha colocado como el más vendido en Internet.

Marcos Chicot (Madrid, 1971) ganador del premio de novela Francisco Umbral, es psicólogo de formación, aunque reconoce siempre le ha gustado estudiar sin parar cualquier cosa. “Empecé filosofía y la dejé para escribir esta novela”. De ese interés por la cuna del pensamiento filosófico parte su última novela, ‘El asesinato de Pitágoras’ (Duomo Ediciones), que ya es todo un éxito en su edición digital y que ahora da el salto al papel.

Sevilla Actualidad.- Pitágoras fue un hombre que hizo avanzar a la sociedad a base de unos conocimientos impropios para su tiempo y un carisma casi religioso. ¿Qué rasgo de él le motivó más para colocarlo como protagonista de esta novela?

Marcos Chicot.- Sin duda, el político. Él proponía una comunidad de naciones, donde imperasen la justicia, la igualdad, la inteligencia. En cierto sentido adelantó las ideas que luego difundió Jesucristo, sólo que seis siglos antes. Pitágoras fundó una especie de centro de poder en las colonias griegas del sur de Italia, desde donde manejó una comunidad de cerca de un millón de personas, que empezaron a imaginar una sociedad que se liberase del uso elemental de las armas como solución a los problemas. Es el único caso en la Historia en la que un pensador describe una forma ideal de gobierno y lo lleva a la práctica.

SA.- Hoy a menudo pensamos en un filósofo sólo como un teórico alejado del mundo práctico. Sin embargo, Pitágoras destaca en campos tan dispares como las matemáticas o la metafísica con un legado vigente.

MC.- Pitágoras vivió justo el nacimiento de la filosofía. Se forma con Anaximandro y Tales de Mileto, y él se convierte en el paradigma del pensamiento crítico. La filosofía empieza a dar respuesta a los fenómenos naturales sin recurrir a los dioses, empieza a dar una respuesta lógica a través de la observación del entorno. Además viajó a Persia, de donde importó ideas revolucionarias, y se formó en el Alto Sacerdocio Egipcio, que era la civilización más avanzada. Es allí donde aprende astronomía, matemáticas, geometría… esos conocimientos le llevaron finalmente al famoso teorema o a la fijación matemática de la escala musical.

SA.- ¿Ha sido difícil manejar el elemento matemático en un libro que pretende llegar a un público amplio?

MC.- A mí me gustan las matemáticas, pero como sé que la mayoría de la gente las aborrece, he intentado que fueran parte de la trama. El asesino en la sombra comente una serie de crímenes en los que hay siempre una pista que tiene que ver con el pensamiento de Pitágoras. El lector los va descubriendo a base de acción y al terminar la novela tiene una visión global de la teoría matemática de Pitágoras. Además, por si hay alguien que quiera profundizar, en mi web he colgado material extra que amplía lo que se lee en la novela. Los profesores de matemáticas me escriben diciéndome que se lo enseñarán a sus alumnos.

SA.- En los comentarios de su web, los lectores le aseguran que no podían dejar de leer…

MC.- Yo tenía la obsesión de escribir una novela entretenida e interesante. Quería construir un thriller que enganchara a todo tipo de lector, y en él hablar de las cosas que a mí tanto me apasionan desde un punto de vista riguroso, pero sin detenerme en descripciones que sé que no gustan al público general. Aquí renace Pitágoras, que es un personaje único, con el deseo de despertar el interés de gente que no había reparado en esa época o en las matemáticas. Afortunadamente, he llegado a muchas personas que me han devuelto esa aspiración convertida en realidad.

SA.- ‘El asesinato de Pitágoras’ lleva veinte semanas en el número uno de ventas en formato digital, por encima de Dan Brown. Usted ha puesto el mismo empeño en su escritura como en la autoedición.

MC.- Escribir esta novela me ha llevado tres años, en los que paralelamente he estado muy pendiente de lo que pasaba en el mercado anglosajón, donde la cuota de edición digital ya es un treinta por ciento del mercado. Allí hay gurús de internet a los que yo he estudiado concienzudamente. He reescrito el manuscrito durante un año con la ayuda de blogs literarios de perfiles muy diferentes. Hasta que ellos no dieron una calificación de cinco estrellas a mi libro no me decidí a autoeditarlo. He pensado cada detalle de la edición durante tres meses, desde la portada hasta el resumen de la contraportada. Todo tiene que ser atractivo. Debes crear tu página web, ofrecer algunos capítulos gratuitamente, dejar que la gente se enganche. Escribir una novela maravillosa y meterla en un cajón no lleva a ningún sitio.

SA.- ¿Cuál es su vaticinio sobre el devenir del mundo editorial tras la revolución digital?

MC.- Yo escribí esta novela pensando presentarla a concursos para que una editorial fuerte apostara por ella en serio. Pero con la crisis el mercado se está reduciendo enormemente y las editoriales potentes van a lo seguro. Además, en España la piratería es un agujero negro que reduce el mercado. En medio de todo ese caos aparece internet como herramienta para publicar. Pero aquí la edición digital aún no basta para que un escritor viva sólo de eso, como sucede en Estados Unidos. Así que todavía tienes que conseguir que alguna de las editoriales tradicionales se fije en ti. Además, a mí me ilusiona mucho tener el libro de papel en mis manos, y espero que eso continúe siempre.

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