STRAD presenta su nuevo show «Mundos Opuestos», un homenaje a las personas mayores que perdieron su vida debido al COVID19. Un espectáculo que emana emoción a través de la peculiar forma de entender la música y este instrumento de cuerda que Jorge Guillén y su compañía ponen al servicio de composiciones propias y versiones muy singulares de artistas como Rocío Jurado, ACDC, Serrat o Led Zeppelin entre otros referentes.

Jorge Guillén “el violinista rebelde” cree que la mejor forma de homenajear a su abuelo, persona clave en su trayectoria musical y víctima del Coronavirus, es tocando y disfrutando con este arte. Precisamente, “Mundos Opuestos” nació a principios de 2020, “un año que prometía una gira internacional por Asia, América, Europa, etc. Pero todo se paró y quisimos dedicar nuestro show al encuentro intergeneracional entre jóvenes, adultos y sabios, una propuesta que se estrenó en IFEMA y conmovió a enfermos y sanitarios en plena pandemia”.

Jorge Guillén, el violinista rebelde frente a la Puerta del Patio de los Naranjos de Sevilla /C. Fajardo

El color, símbolo de la ruptura con lo establecido

De formación clásica, Jorge explica que, aunque le encanta esa vertiente de la música, la suya se crea para “emocionar a la gente, piezas y canciones que uno escucharía en su día a día”. De ahí, en parte, el nombre de STRAD, una revista que le obligaban a leer en el conservatorio donde se indicaba cómo debía colocarse un violinista, quiénes eran los mejores y qué debiera estar “casi prohibido” en el escenario. “Pues bien, yo en rebeldía, me tiro por el suelo, salto y realizo todo lo contrario en contra de un purismo elitista que creo no acaba de calar en el público general”, confiesa Jorge.

Además, asocia su música al color rojo porque, durante una gira en Brasil, decidió decolorarse el pelo “hice tanto el ridículo que decidí teñirme de rojo, por lo que, por un lado, define mi estilo en contra de los estereotipos, pero también me salvó de la vergüenza total”, reconoce entre risas.

Desde esa pasión, Guillén desea transmitir principalmente un mensaje de rebeldía, entendida ésta como el fin de los “encorsetamientos”. Para él “no hay barreras, a nuestros conciertos acude gente enchaquetada, roquera, de todo…demasiados compartimentos tenemos fuera de los escenarios (política, fútbol, etc.). Aquí nos juntamos todos, sin diferencias”, expone.

Raíces andaluzas

El “violinista rebelde” recuerda con muchísimo cariño sus raíces andaluzas y sevillanas, y confiesa echar de menos el calor de la gente. “Aquí el público es muy acogedor y hace unos años nos tiramos a la piscina alquilando el Cartuja Center, con 2.000 butacas”. Gracias a su madre, quien lo empujó a arriesgarse a perder “a lo grande”. Pero ocurrió todo lo contrario a su temor, se colgó el cartel de “entradas agotadas”, algo que espera se repita este viernes en Sevilla y hace hincapié en que “la cultura es segura”.

Jorge Guillén en la Avenida de la Constitución (Sevilla) /C. Fajardo

Familia de músicos y discípulo de Ara Malikian

Obtenido el título Profesional de Música a los 9 años, este niño prodigio que no se considera como tal, “tan solo una persona con suerte que tuvo a su lado a un abuelo músico que lo encauzó para llegar hasta donde está”, comenzó a trabajar a los 11 como profesor asistente en la Universidad de Limerick (Irlanda). Un trabajo remunerado con clases impartidas por su maestro García Asensio que supuso “más un juego y una experiencia increíble más que un empleo”, sostiene.

Cuando ya pudo sacarse selectividad, a los 14 años, volvió a España y se licenció a los 19 en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, realizando un máster en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. 

Todo ello, compaginándolo con giras y conciertos por medio mundo. De hecho, hasta los 28 años acompañó al famosísimo Ara Malikian, el Mozart de su estilo en la actualidad de quien aprendió, a lo largo de casi dos tercios de su vida “que es crucial que te guste lo que haces, dejando el elitismo a un lado, solo así, se conmoverá a los demás”. Un tiempo en el que también formó parte de la Orquesta Sinfónica del Teatro Real de Madrid tocando Ópera.

Hace apenas dos años, nació STRAD y también se lo debe, en parte a Malikian. Jorge recuerda que en una entrevista Ara lo presentó como una persona “a punto de despegar” y, aunque eso no le cuadró al principio, después entendió que tenía que salir de su zona de confort y buscar su propio sonido. Hoy, una compañía de 13 personas entre músicos y técnicos “increíbles”.

Plumilla por vocación, he trabajado en radio, televisión y prensa on line. Profundamente europeísta y convencida de que el Periodismo es el motor de cambio de la sociedad y hay que salvaguardarlo. Para...