La compañía vasca Kabia trajo anoche una propuesta innovadora pero algo vacía en el regreso del Festival Internacional de las Artes Escénicas de Sevilla (FeSt) tras el parón navideño.
El teatro TNT-Atalaya con tres cuartos de entrada. En escena, dos mujeres, dos escritoras. Una es Ofelia, un personaje de Shakespeare, la otra es la novelista Virginia Woolf. Las dos escriben para afrontar sus sentimientos, para enfrentarse a sus miedos. Cuatro actrices (una representa a la amante de Hamlet, tres a Woolf) ponen voz a sus historias. Entre ambas, un juego de espejos, danza, luces y canciones que lo eclipsa todo.
‘Rojo al agua’, de la compañía Kabia, funde dos textos distintos: “La secreta vida amorosa de Ofelia” de Steven Berkoff y un texto original de Josu Montero que narra los últimos meses de vida de Virginia Woolf. El juego escénico torna la obra en un espectáculo experimental, innovador, aunque sin llegar a ser del todo transgresor.
La música, los cantos en directo, las técnicas cinematográficas, los movimientos de los actores o los efectos especiales están tan trabajados que acaban desviando la atención del texto, el cual tampoco guarda una coherencia que atrape al espectador. Las mujeres viven sus historias, de amor, de horror, de pasión al fin. Pero no llegan a evocar sentimientos. Dejan indiferente. El artificio está más conseguido, tanto que el argumento se pierde en lo simbólico.
Kabia obtuvo numerosos e importantes premios con «Decir lluvia y que llueva» en el año 2010. La propuesta que ha traído este fin de semana al FeSt sigue en la línea de la investigación teatral propia de la compañía. Pero ‘Rojo al agua’ acaba siendo críptica, sin mucho sentido más allá de un vestuario cuidado y grandes interpretaciones, que se suman al juego con el espacio escénico ya mencionado.
Ofelia y Virgina, dos mujeres con sentimientos similares, con mucho que decir. Lástima que sus palabras caigan en saco roto, mientras las bellas voces de las actrices canturrean canciones extranjeras que poco dicen al espectador común.