Momento en el que Sánchez Mejías (Canales) se enfrenta al toro encarnado por el Ballet Flamenco de Andalucía / Antonio Acedo-Bienal

Primero con una suite flamenca con Pastora Galván como estrella y luego con Antonio Canales en la interpretación de un poema lorquiano. Todo en un Maestranza con poco más de medio aforo.

El elenco del Ballet Flamenco de Andalucía venía a la capital internacional del flamenco con el trabajo preparado por el director, coreógrafo y bailarín Rubén Olmo, en sus dos obras: Metáfora flamenca y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Su lastre fue que ambos espectáculos ya han sido vistos en Sevilla el primero y en Granada el segundo. La consecuencia fue ver un Teatro de la Maestranza con algo más de media entrada.

En Metáfora, hubo varias pinceladas dignas de recordar. Principalmente el derroche de entrega y arte de la bailaora Pastora Galván. Primero por alegrías junto al elenco femenino quienes recordaron con brío a la Escuela Sevillana. Luego, en solitario con unas pausadas bulerías. Galván se contoneó como quiso e impresionó con su ágil movimiento de brazos y su expresividad.

El otro momento para recordar fue la taranta que bailaron los solistas del Ballet, Eduardo Leal y Patricia Guerrero. Excelente compenetración y cuidada coreografía que se completó con un atractivo juego de luces y, sobretodo, un taconeo para enmarcar. La compañía en conjunto emocionó al final por tangos.

Luego llegó Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, poema de Federico García Lorca al torero tras su muerte. Mezcla de flamenco, danza y teatro que también destacó por momentos. Lustrosa la simulación de la fiesta que Sánchez Mejías (Antonio Canales) hizo en su cortijo de Pino Montano entre amigos, como Lorca (Rubén Olmo). Canales con su particular baile, embelesó la escena y La Tobala, se gustó con su cante.

Bien hilada estuvo el acto de la vaquilla. Con música de Chaplin, la luz parpadeante recordó muy fielmente los fotogramas de una película en blanco y negro. Escena que enlazó con la cogida de Sánchez Mejías por un toro encarnado por el elenco del Ballet al completo. La escena más sobrecogedora que enganchó, si no lo hizo antes, al público. A destacar, también, el manejo del capote del elenco masculino, especialmente el de Rubén Olmo.

Al final toque de misticismo que confundió momentáneamente. El último soplo de vida, y posterior juego de muerte y resurrección con Antonio Canales y sus recuerdos taurinos junto con Rubén Olmo. Algo puntual que no quitó del disfrute al público que ovacionó durante algunos minutos.

Metáfora flamenca / Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Ballet Flamenco de Andalucía. Solistas: Patricia Guerrero y Eduardo Leal. Artistas invitados: Pastora Galván, La Tobala, Antonio Canales. Dirección y coreografía: Rubén Olmo. Lugar: Teatro de la Maestranza. Aforo: Casi lleno. Sevilla, 5 de septiembre de 2012.

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