Almagro San Miguel en la Avenida de la Constitución / C. Fajardo

Plataformas digitales como Amazon o la Fox se rifan ahora al joven actor sevillano, pero el periplo no ha sido fácil, por lo que, en un ejercicio de corresponsabilidad, Almagro San Miguel insta a público y autoridades a no olvidar que el trabajo de su gremio acompañó como nunca durante la pandemia del Coronavirus.

Habituado al trabajo intermitente, Almagro San Miguel, quien da vida a personajes como Gonzalo de Sandoval en la serie Hernán, o Diego Ramala en Vis a Vis. El Oasis, considera que, si de algo está curado de espanto su gremio, es de vivir en la incertidumbre. Por ello, en plena crisis sociosanitaria, el intérprete de 30 años apela a la tranquilidad, “ya que de todo se sale y la oportunidad se encuentra en el momento más inesperado”.

Aunque confiesa que la vocación le llegó a los 20 años, reconoce que desde el instituto le encantaba “hacer teatritos e imitar a dúos como Cruz y Raya”. De hecho, añade, “yo no sabía si decantarme por estudiar Derecho o INEF”. Fue su madre la que le animó a hacer las pruebas de acceso a la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla (ESAD) y, aunque por los pelos, las pasó. Hoy es una de las grandes promesas del mundo de la actuación en España.

México, la tierra prometida de ayer y de hoy

Su mayor aliada, la convicción, le terminó dando la razón. Tras unas pequeñas apariciones en series como Centro Médico o Amar es para siempre, arribó a sus manos el papel de Gonzalo de Sandoval, en la serie de Amazon Hernán.

Con este personaje histórico, Almagro se identifica en dos aspectos: por un lado, México, para ambos, ha supuesto una ventana de oportunidad en un momento en que no dejaban nada atrás, y por otro, soldado y capitán, fiel a sus compañeros de batalla, ni Gonzalo ni Almagro olvidan sus orígenes practicando continuamente la empatía con sus allegados.

«No podemos permitir que se juzgue a las personas por su procedencia, sino por su trabajo y sus valores»

Hernán, en la opinión de Almagro, es una serie histórica que nos debe hacer reflexionar sobre la encrucijada que era España (Castilla por entonces) entre países europeos y Latinoamérica. “Somos una mezcla de razas y culturas, no podemos permitir que se juzgue a las personas por su procedencia, sino por su trabajo y sus valores”.

Desde Hernán, las puertas para Almagro han tendido a abrirse. Su último encargo, el rol de hijastro de un narcotraficante en Vis a Vis. El Oasis, lo ha lanzado a una fama calmada y, muy humildemente, agradece la suerte que le acompaña al poder interpretar personajes de los que aprende tantísimo, en este caso, de Diego Ramala, “un alma movida por un sentimiento puro de amor”.

Una carrera de fondo

“No había plan B”. Así explica Almagro San Miguel su carrera de actor no exenta de obstáculos. “Yo sabía qué era lo que quería hacer con mi vida y a por ello fui. La cantidad de noes recibidos en muchos castings estaban preparando un enorme sí, y llegó”.

En la ESAD aprendió técnica y respeto por la profesión. En esa época recorrió pueblos de la Sierra de Sevilla sin descanso trabajando totalmente gratis. En pleno verano, con capa y espada, sorteó los 40 grados a la sombra de los espectáculos del parque temático de Isla Mágica en la capital andaluza. Creció en compañías como la Tarasca o VientoSur, sin embargo, en su fuero interno, tocaba dar el salto a Madrid “donde realmente encontró su momento”.

Madrid, la ciudad gigante en la que nadie te pide pasaporte, pero donde no se regala nada, Almagro San Miguel fue barista, azafato, hizo de todo mientras intentaba sin descanso hacerse un hueco hasta que lo logró.

Un ejercicio de apertura y confianza en el mundo

Para Almagro, el teatro es una forma de “abrirse al mundo” y tiene la capacidad de «generar preguntas». Se trata de un modo de vida que te permite experimentar infinitas maneras de pensar, sentir y reaccionar. En los primeros años de su formación en Sevilla, premisas como “ocupar el espacio” o “transitar en emociones” provocaban en él una sensación de vergüenza, pero, poco a poco, asombrado por cómo se removían sus cimientos al asistir a funciones en el Teatro Kamikaze de Madrid o el Central de Sevilla, supo que ese era su camino.

Un periplo repleto de “dificultades necesarias” que, unidas al factor suerte, en la actualidad le brindan un futuro apasionante.

Formación y profesión de actor, una asignatura pendiente en España

Según un estudio realizado en 2016 por la fundación AISGE, menos de la mitad de los actores españoles tienen trabajo en el sector artístico y de estos, poco más del 8% puede llegar a fin de mes gracias a su talento interpretativo.

“La picaresca, la trampa…se paga muy caro, y en plena pandemia lo estamos viendo»

Sin olvidar jamás sus raíces en la ESAD de Sevilla, Almagro San Miguel cree que no se invierte lo suficiente en cultura y en formación cultural en este país. A pesar de que le encantaría vivir en Sevilla y estar cerca de los suyos, la concentración de talento y de opciones se encuentra en Madrid, lugar donde realmente maduró como actor en la escuela Work in Progress de Darío Facal.

“La picaresca, la trampa…se paga muy caro, y en plena pandemia lo estamos viendo”. “Acudir a una oficina de empleo y comprobar que tras 10 años trabajando, solo te corresponde una ayuda de 200 euros es una desprotección absoluta”, comenta.

Lejos de un tono victimista en el que Almagro se niega a entrar, alude a una actitud de corresponsabilidad entre profesionales del teatro y la actuación, y autoridades competentes. Según el actor sevillano, contextualizando el momento, no es hora de pedir subvenciones por doquier y a cualquiera, pero incentivar la contratación en regla, aliviar las cargas fiscales de autónomos y pymes, o perseguir el fraude, son algunas de las soluciones que se le ocurren no solo para acabar con la precariedad de su sector, sino de cualquier campo de actividad.

El acento andaluz no es cuestionable

No he tenido que darle la espalda a mi acento. En algunos papeles tienes que castellanizar, como en Teatro Clásico. Lope de Vega te exige versos octosílabos y es lo que hay. Nadie me ha rechazado nunca por mi acento”. Así de contundente se muestra Almagro con su modalidad lingüística haciendo hincapié en que directores de casting tan importantes como Eva Yolanda o Amado Cruz, le han pedido realizar pruebas en andaluz y en castellano.

Las plataformas no garantizan el éxito

“Plataformas digitales como Amazon, Netflix o HBO benefician especialmente al consumidor ya que el diseño de las mismas revierte en la comodidad del público”, recalca San Miguel. Sin embargo, a su entender, aparecer en tales plataformas no garantiza el éxito en absoluto.

“Hay casos en los que una serie no ha triunfado en abierto, y sin embargo ha causado furor por prescripción, y, todo lo contrario. El secreto es hacer bien tu trabajo y confiar”.

Una confianza ahora traducida en deseo para que el Estado no abandone esta profesión, especialmente al Teatro ya que un 30% de aforo, “ni siquiera cubriría gastos”. Muy esperanzado, pero con los ojos abiertos, Almagro San Miguel se despide recordando que el trabajo del actor no es tan tangible como el de un contable, “pero hemos estado ahí durante toda la pandemia, haciendo compañía…no nos olvidéis”.

Plumilla por vocación, he trabajado en radio, televisión y prensa on line. Profundamente europeísta y convencida de que el Periodismo es el motor de cambio de la sociedad y hay que salvaguardarlo. Para...