El escritor Álvaro Pombo presentó ha presentado en Sevilla su última novela, ‘El temblor del héroe’ (Destino), premio Nadal 2012, dentro del circuito ‘Letras capitales’.
“Un escritor atípico, extraño, cristianizante, y a la vez muy osado y moderno”. Así comenzó definiendo Diego Abollado al escritor cántabro. De él destacó que “no tiene profesión conocida pero es académico”, que ha sido pionero en incluir personajes homosexuales en sus libros, pero que “se ríe del movimiento gay”, y que tiene un compromiso político con UPyD, “algo muy llamativo en un país bipartidista”.
Abollado también resaltó que Álvaro Pombo es un autor que “siempre hace reflexionar”, por eso el escritor recordó sus tiempos universitarios y sus estudios de filosofía, e incluso a algún profesor que marcó esa época de su vida. “Soy un fiel aficionado a la filosofía y la teología. Cuando me dicen que mis libros son filosóficos, yo digo que no, que son novelas, ficción”, aseguró.
El diálogo comenzó analizando el título de su novela, ‘El temblor del héroe’. Pombo dijo que él puede “ser colérico” y “tener un temperamento vivo”, en relación al concepto de ‘furor heroico’, descrito por Abollado como “la capacidad, el afán de llegar a la perfección a través de la belleza, la bondad y la verdad, conceptos fundamentales en la obra de Álvaro Pombo”.
Respecto a los personajes de la novela, ganadora del último premio Nadal, Pombo dijo que “no son precisamente épicos” y que “tienen una mínima moralia, una moral de mínimos, una ética para la vida dañada”. En este sentido, Pombo citó un verso alemán, ‘¿Quién habla de victorias? Sobreponerse es todo’, y aseguró que “quizás es más serio pensar en héroes más modestos”. “Me interesa el héroe que vence invisiblemente. Un ejemplo es Jesús de Nazaret, un héroe que muere, sin gloria, confundido con los ladrones, maltratado. Y es interesante que esa figura haya tenido tanta presencia en nuestra vida y en la vida de todo Occidente”, dijo Pombo en una sala muy concurrida de seguidores de todas las edades y condiciones.
El ganador del premio Planeta 2006 por ‘La fortuna de Matilda Turpin’ se mostró contrario al mito de que “la virtud es el conocimiento” y aseguró que siempre le interesó el síndrome de Estocolmo, “personas que han sido victimizadas y sienten cierto apego por quien les provoca el maltrato”, en alusión a Héctor, protagonista de ‘El temblor del héroe’.
Pombo aludió a otro tema recurrente en su obra: “Hay personas que son amadas y no corresponden pero tampoco le dan total libertad a la persona que les quiere. Cuando eres joven y no has tenido apegos, como le pasa a Héctor, es muy fácil ser seducido y equivocarse. Por eso hay que respetar a la gente que es joven y en formación porque la inseguridad afectiva puede hacerles creer lo que no es”. El único personaje sin inseguridad afectiva es el que no ama”, concluyó.
Por otro lado, el autor de ‘Contranatura’ aseguró que se toma a broma muchas cosas como cuando le acusan de homófobo. “No hay una cultura humorística en España”, afirmó, si bien reconoció que su última obra es “seria”. Además, reconoció cuáles fueron sus tres grandes errores: “decir que había escrito una novela sobre la bondad (‘El metro de platino indiado’), cuando el mal es terrible; decir que ‘gracias a Franco había llegado la democracia a España’; y, por último, salir en la portada de ‘La razón’ entrando en un armario”.
A preguntas de un lector, Álvaro Pombo se pronunció sobre su compromiso político con el partido UPyD: “La política es complicada. Los dos grandes partidos me echaban un poco para atrás. Yo no soy tan de izquierdas, como para ir a Izquierda Unida, yo soy más de derechas. Y a mí me pareció que UPyD daba juego político. La razón por la que entré fue porque el partido necesitaba visibilidad y yo la doy siempre. Soy muy llamativo, siempre lo he sido. Siempre he sido muy conversador”. Y concluyó: “Creo que hay que ensuciarse las manos un poco, aunque no tengo claro qué aportan los intelectuales que se implican políticamente”.