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Procedente del Fondo Cultural Villar Mir, se exhibirá hasta el 9 de marzo en el marco de la actividad la obra invitada de la pinacoteca.

El Museo de Bellas Artes de Sevilla exhibe temporalmente hasta el próximo 9 de marzo ‘El sacrificio de Isaac’ del artista sevillano Valdés Leal. El lienzo procede del Fondo Cultural Villar Mir, el cual ha colaborado estrechamente con el Museo de Bellas Artes de Sevilla para su cesión temporal.

La obra invitada es una actividad temporal organizada por el Museo con la que se pretende dar a conocer piezas pertenecientes a colecciones privadas o institucionales que de otra forma no podrían ser contempladas. Las piezas elegidas guardan relación con el contenido permanente del Museo por lo que la experiencia se enriquece y complementa la colección permanente.

Con motivo de la estancia de esta obra en el Museo, el profesor Enrique Valdivieso protagonizará la sesión del ciclo Mirar un cuadro correspondiente al 14 de febrero que versará sobre la obra invitada. En la sala XIII del Museo, a las 12:00 horas.

‘El sacrificio de Isaac’

Siguiendo la voluntad divina, Abraham se dispone a sacrificar a su hijo Isaac cuando en ese momento aparece un ángel que impide el sacrificio, demostrándose así que el anciano Abraham sigue fielmente los dictados de Dios. Este episodio del Génesis (22, 9-12) ha sido ampliamente tratado en la iconografía occidental pero habitualmente la figura del ángel aparece en el cielo.

Sin embargo, Valdés Leal le ha colocado en la tierra, sujetando enérgicamente el brazo armado del anciano. La disposición de los personajes en la escena es absolutamente barroca al colocar al ángel de espaldas mientras que Isaac aparece recostado, en una postura tremendamente forzada, siendo sujetado por su padre que se muestra de perfil. Valdés Leal demuestra su capacidad para captar las expresiones y los gestos de sus figuras, llenando de dramatismo la composición como si de una escena teatral se tratara.

El episodio se desarrolla en un fondo de paisaje en el que apreciamos melancólicos efectos lumínicos que refuerzan lo emotivo del momento. La estudiada anatomía de Isaac es uno de los mejores desnudos del artista, contrastando su cuerpo joven con el rostro de su padre en el que destacan los cansados ojos. La poderosa figura del ángel con las alas desplegadas y sus ropas al viento tiene cierta sintonía con la Liberación de San Pedro.

Juan de Valdés Leal es, junto a Murillo, uno de los máximos re-presentantes de la pintura barroca en España.

Nació en 1622 en Sevilla. Era hijo del portugués Fernando de Nisa y de la sevillana Antonia de Valdés Leal. Se formó en Córdoba como discípulo de Antonio del Castillo y allí se casó, en 1647, con Isabel Martín de Morales. Dispuso de un taller en su casa, donde realizó sus primeras obras.

En 1649 Córdoba sufrió una epidemia de peste y Valdés Leal y su familia se trasladaron a Sevilla. En este momento realiza un ciclo de pinturas para el convento de Santa Clara en Carmona entre las que destaca la Retirada de los sarracenos.

Valdés fue uno de los fundadores de la Academia sevillana de pintura. Tras una estancia en Madrid, decide instalarse definitiva-mente en Sevilla, donde tendrá que hacer frente a la competencia de Murillo, que ocupaba el puesto de primer pintor. Sin embargo, no le faltarán numerosos encargos, como una serie de 6 obras que realiza para el monasterio de San Jerónimo sobre la vida del santo, entre las que destacan Las tentaciones de San Jerónimo y La flagelación de San Jerónimo en los que se aprecia ya en su plenitud el personal estilo del artista.

Juan de Valdés Leal posee un estilo absolutamente barroco, de tendencia tenebrista. Le gusta lo dramático, decantándose por una temática macabra o grotesca. Su estilo es de gran expresividad, se interesa más por la expresión que por la belleza. Posee un vivo sentido del movimiento, un dibujo contundente, un colorido brillante y una dramática iluminación.

En su producción destacan los dos cuadros que pintó entre 1671 y 1672 para la iglesia del Hospital de la Caridad de Sevilla, por encargo de su fundador don Miguel de Mañara.

Fue éste fue quien diseñó el programa iconográfico, que estaba destinado a los hermanos de la Caridad, proclamando la salvación del alma a través de la caridad. Encargó las pinturas que aluden a las obras de caridad a Murillo y a Valdés Leal las que suponen una reflexión sobre la brevedad de la vida y el triunfo de la muerte.

En 1682, cuando muere Murillo, Valdés Leal se convierte en el pintor más importante de Sevilla. Trabajará en la decoración de diferentes edificios religiosos sevillanos como el Hospital de la Caridad, la iglesia del Monasterio de San Clemente o la iglesia del Hospital de los Venerables, hasta que en 1690 fallece.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...