elena-festival2011-festivalcine

Se agotaron las entradas para ver una de las última sesiones del Festival de Cine Europeo. La protagonista, Nadehhda Markina, se alzó con el Premio a la Mejor Actriz.

El sevillano se despidió ayer del Festival de Cine Europeo. Y lo hizo a lo grande. Se agotaron las sesiones de los últimos films proyectados, algunos de ellos, de mucha calidad.

La sesión de la rusa ‘Elena’ se hizo esperar, pero a eso de las 22:10 horas, una vez repleta la sala 15 de los cines de Nervión Plaza, arrancó una película con la que el espectador comenzó a sentir nostalgia. Nostalgia por un festival que se iba, dejando humildes joyas que casi nadie más vería.

El largometraje arranca con un plano devastador. Más de tres minutos viendo las ramas de un árbol. Al fin, se acercan unos pajarracos, una especie de buitres que siguen sin dar coherencia a lo que vemos y que desesperan. Tras casi dos horas, todo cuadrará.

‘Elena’ es una película muy lenta. Lenta porque muestra la cotidianidad. La simple vida de una mujer que cuida de su adinerado marido y que intenta ayudar a toda costa a su hijo, al que no le van bien las cosas y vive en un suburbio ruso.

Elena (Nadehhda Markina) es una madre normal. Limpia, cuida de su familia, cocina y sigue la rutina de una anciana común. Pero también es fuerte e inteligente (es enfermera) y sabe bien lo que hace. Mientras se cepilla el pelo, parece ajena al Premio a la Mejor Actriz que recibiría por su papel.

Pero, por encima de Elena y de su honestidad, está la sociedad. Están los buitres carroñeros que sólo anhelan dinero. Está la violencia, la codicia y la envidia. Están los ricos y los pobres. Está la hipocresía y la infidelidad.

Y todo ello, acaban convirtiendo a Elena en una asesina, en un diablo más de la humanidad, que por su familia es capaz de hacer lo que sea, incluso el mal.

Pasan los minutos, y parece que no ocurre nada. Pero ‘Elena’ es más profunda, hay que mirar más allá de sus gestos. No deja de ser una película muy mejorable, pero en ella no hay tópicos, no hay historias ya contadas. Su hiperrealismo, curiosamente, la hace original.

www.SevillaActualidad.com