El teatro sevillano acoge este lunes al músico estadounidense, que estará acompañado por el pianista Joey Calderazzo, el bajista Eric Revis y el baterista Justin Faulkner.

El Teatro Lope de Vega, dentro del ciclo de jazz programado en este espacio, acoge el próximo lunes 18 de marzo a partir de las 20.30 horas el concierto del cuarteto que ha liderado el saxofonista Branford Marsalis durante las últimas tres décadas.

Con el apoyo del pianista Joey Calderazzo y el bajista Eric Revis (cada uno con 20 años de servicio al grupo) y el baterista Justin Faulkner (el “novato” que ha estado a bordo desde 2009), la banda ha sido durante mucho tiempo un modelo de cómo sostener y ampliar una perspectiva musical histórica y estilísticamente inclusiva. Las sucesivas grabaciones han revelado nuevas mesetas y The Secret Between the Shadow and the Soul -el primer disco de la banda desde el aclamado Upward Spiral, de 2016, y la primera obra de cuarteto puro desde Four MFs Playin ‘Tunes, de 2012-  captura un nuevo énfasis en cómo expresar y cómo documentar la música.

The Secret Between the Shadow and the Soul confirma la visión de Branford Marsalis: es sofisticado, aventurero y todo menos defensivo; y captura una gran banda que suena mejor que nunca. Es una imagen lo más completa posible del Cuarteto Marsalis. Como es habitual, los miembros más veteranos contribuyen con su aportación compositiva. “Sonny Rollins proporcionó la plantilla para tocar cada pieza con un montón de vocabulario y de cómo usar el sonido del instrumento propio”, señala Marsalis. “Con nosotros, todo se trata del sonido y del poder que tiene para crear emoción. No se toca lo mismo dos veces seguidas. Al escucharnos, cada canción es diferente”.

Otras influencias, que van desde ópera europea y grupos de percusión africana hasta modelos de saxofón como Ben Webster, Wayne Shorter, John Coltrane y Ornette Coleman, han dado forma a las órdenes de Marsalis en la narración de cuentos no verbales. “Mi enfoque tanto en la escritura como en los solos es melódico y rítmico, con la armonía en tercer lugar. Moldeamos la armonía  a la melodía, donde dejamos que la armonía dicte. Y jugamos en las grietas. Quiero canalizar esa vibración de toda la gran música que he escuchado, pero aplicar mis propias ideas”, señala el músico.