El Cristo fue colocado ayer en su nuevo retablo ante la antenta mirada de cientos de fieles. Mañana domingo, a partir de las 12:00 horas se bendecirá.
Miguel Ángel Rodríguez. El Cristo del Cachorro ya se cobija bajo el mayor retablo levantado en la ciudad en los últimos tiempos. En la noche de ayer se produjo el traslado del Cristo a su iglesia y la posterior colocación de la imagen en el altar ante la mirada de cientos de fieles que quisieron reunirse en la hermandad de la Calle Castilla.
Mañana, a partir de las 12:00 horas se celebrará el Solemne Pontifical durante el cual se bendecirá el Retablo del Stmo. Cristo, oficiado y presidido por el Sr. Arzobispo de Sevilla Juan José Asenjo Pelegrina, a la que se espera la asistencia de representaciones de hermandades, como la del alcalde de Sevilla, así como numerosos hermanos y fieles de la hermandad.
Eje Trinitario del Retablo
El objetivo perseguido por su diseñador es que la imagen del crucificado prime por encima del gran retablo. De esta forma, se traza, de arriba abajo, el eje trinitario compuesto por Dios Padre (pintura realizada por Luis Rizo), Espíritu Santo (la paloma) y Dios Hijo (Cristo del Cachorro).
La figura de Dios Padre, en principio, iba a ser un relieve tallado por Luís Álvarez Duarte pero las necesidades económicas del momento han llevado a aplazar esa fase habiendo sido sustituido por una interesante pintura de Luis Rizo. En ella, Dios Padre con forma triangular desprende una fuerte luz hacia abajo, buscando la línea antes descrita y que la une a la paloma y al crucificado.
El retablo, en cifras
Tres años se ha tardado en ejecutar este retablo. Es el de mayores dimensiones ejecutados en Sevilla en el último siglo. Para dorar el retablo se han utilizado 42.000 panes de oro. Es lo equivalente a lo que puede emplear en cuatro pasos de misterio. Cada una de las columnas pesa 350 kilos. El conjunto mide 11,7 m de alto y 7,5 de ancho
De esta forma, la junta de gobierno presidida por José María Ruiz Romero pone punto y final al proyecto más ambicioso de su programa: dotar de medidas de protección a las dos imágenes titulares y embellecer el altar donde recibe culto el extraordinario crucificado.