La virgen del buen fin de la hermandad de la lanzada/ Jose Javier Comas

El cortejo salió alrededor de las diezde la noche, con algo de retraso debido a la lluvia que hizo acto de presencia en la ciudad.

 

Miguel Ángel Rodríguez. La hermandad de la Sagrada Lanzada trasladó el pasado jueves, 13 de mayo, a su dolorosa, María Santísima del Buen Fin, desde su sede canónica, a la iglesia de San Marcos para celebrar los cultos extraordinarios con motivo del Bicentenario de la hechura de la imagen, obra realizada por Juan de Astorga en el año 1810.

 El traslado se retrasó algunos minutos por la lluvia que, desde las ocho de la noche, hizo su presencia en la ciudad, y se prolongó hasta las once menos cuarto de la noche

 El cortejo procesional estuvo formado por la Cruz de Guía, hermanos con cirios, Sine Labe, hermanos con cirios, Estandarte corporativo, hermanos con cirio, presidencia con cirios, cuerpo de acólitos con cruz alzada y andas presididas por esta dolorosa.

  La virgen portaba la misma corona que tuvo en 1810 cuando su imaginero la talló. La junta de gobierno de la Sagrada Lanzada ha restaurado esta pieza de orfebrería para la ocasión.

 Las andas, cedidas por la hermandad de San Benito, iban exornadas con claveles blancos. La dolorosa iba iluminada por seis candeleros y dos faroles pertenecientes a su paso palio. Ismael Vargas y sus auxiliares comandaron las andas que fueron portadas por costaleros y hermanos

 Aunque no fue un traslado multitudinario,  la Virgen estuvo arropada en todo momento por fieles y devotos.

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