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El Jueves Santo fue impecable, el tiempo acompañó una vez más y las diferentes hermandades hicieron su estación de penitencia sin ningún tipo de incidencias.

Fernando Castillo. El Jueves Santo brilló sin lugar a dudas gracias al tiempo y por la afluencia de personas que arroparon a las diferentes hermandades durante su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.

 A la entrada a la Carrera Oficial pudimos ver importantes estampas como el impresionante manto que lució la Virgen de las Lágrimas después de siete años de restauración, tras los cuales los sevillanos pudieron volver a admirar la riqueza de dicha obra.

Otro de los momentos de gran emoción fue la lluvia de pétalos que recibió la Virgen de los Ángeles de la Hermandad de los Negritos.

En definitiva, fue un día especial donde de nuevo los horarios se volvieron a cumplir de manera exacta sin que se produjera ninguna demora en el paso de las diferentes hermandades hacia la Catedral de Sevilla.

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