Los barrios de la ciudad tienen una particular fiesta que empieza dos días antes del Domingo de Ramos. Muchos de estos enclaves modernos entendieron que la mejor manera de vestirse de gala era ponerse la túnica de nazareno, o bien soñarlo sacando una procesión en estas jornadas de preparación a la Semana Mayor. Vengan conmigo a recorrer las hermandades de Vísperas de Sevilla.
Antes que nada tienen que saber que soy cofrade de Vísperas. Soy hermano de San José Obrero, una hermandad que nació de gloria en los albores de los sesenta y cuatro décadas después encontró un camino nuevo en el carácter penitencial. No es la única que trazó la misma hoja de ruta. Al otro extremo de la ciudad, en la residencial Heliópolis una Archicofradía del Inmaculado Corazón se convirtió en cofradía de la Misión, no sin poco esfuerzo.
¿Cuáles son los atractivos de estas hermandades? Lo que nos lleva a buscarlas, recorriendo a la inversa los itinerarios que escriben los programas, es quizás encontrarnos con una Semana Santa a la medida del hombre, que no alcanza esas aglomeraciones de los días tradicionales, y que sigue dando un lugar importante a los barrios, aunque las cofradías de centro o serias, como la Corona o Pasión y Muerte, cubran también la cuota de aquellos que no entienden la Semana Santa de capirotes cortos y capas de merino.
Si yo os llevara a ver hermandades de Vísperas -aunque para no perderos nada, os pediría que buscarais un hueco en la expedición de Álvaro Martín, que ve las de Sevilla y la de los alrededores- hasta el año pasado había dudado si empezar por Padre Pío o por Pino Montano. La primera de ellas, después de haber acordado salir el sábado, ha convertido al diputado de cruz de guía de Jesús de Nazaret y la Virgen del Amor en el primero que podemos ver.
Por la hora, podemos verla primero y luego parar para un cafelito por la calle Estrella Canopus o bien alargar con una copa en alguno de los bares de tranquileo que abundan por la zona de Nuevo Torneo, que se antoja árido para lo cofrade, pero que tiene esta cofradía a un tiro de piedra y encima es la sede del polígono industrial ArteSacro. Ahí es ná.
Al sur de la ciudad, la hermandad de la Misión y la agrupación de Bendición y Esperanza nos dan a elegir entre dos barrios que parece imposible que estén tan cerca. La juventud del colegio Claret llevará a su cofradía a eso de las 21:00 horas por la avenida Reina Mercedes, donde se me hace la boca agua en el Simon, que es por lo visto natural de Alcalá de Guadaíra. Los del Polígono Sur, con su banda propia ya todo el recorrido, han calado los respiraderos con el esfuerzo de muchos vecinos, y es el mejor estreno que pueden tener: estrenar siempre la fraternidad.
Tampoco nos coge tan lejos Bellavista, y si queremos parar por allí, por todo el barrio nos sorprenderán barecitos que destilan sabor a pueblo, porque Bellavista es de esos sitios con tanto encanto que les permitiríamos una declaración de independencia. Si no es en Bellavista, para en el Sanbers de los Bermejales, comida gourmet con un chef de categoría.
Hemos dejado para por la noche las dos hermandades serias de la jornada. Recomendarles a ustedes bares para ver el Cristo de la Corona es para que se piensen si es que yo les considero extranjeros o algo. Por eso, por las callejas del barrio de Santa Cruz, donde el paso del Nazareno chiquito sigue sorprendiendo en su progreso, lento pero seguro, son el mejor sitio para verla. Antes nos da tiempo a pasarnos por Triana, y en torno a la Plazuela de Santa Ana, templo jubilar, pararnos a una tapita. La Taberna de la calle Rodrigo de Triana es la mejor elección, o al menos para mí la más suculenta.
El Sábado de Pasión nos vamos a ir a almorzar al Cerro, por la calle Afán de Ribera, que también tiene una oferta tan variada y suculenta que decirles uno u otro me resulta gravoso. Nos pillará cerca Padre Pío, cuando entre en el barrio buscando la parroquia de los Dolores, a eso de las seis de la tarde. A esa hora ya habrán salido todas las demás procesiones de la jornada, todas con algo interesante a destacar.
Lo más sensato es alargarse ahora a Torreblanca, que hasta las ocho y media se pone a recorrer el barrio para visitar la iglesia del Inmaculado Corazón, donde vive la otra patrona del barrio, la Virgen de la Romería que le habla de tú al San Antonio que saca la cofradía en el mes de junio. A lo mejor antes podemos ver otra estación de penitencia, la que hace el Divino Perdón del Parque Alcosa, que ha decidido que mi amigo Antonio García-Hidalgo no cumplía como vestidor.
Me llenará un poco esa gran insatisfacción el Bilio´s, apto para todo público y para toda hora, y que tiene, por cierto un servicio a domicilio sin límite de pedido que deja satisfechos a los estómagos más exigentes. A eso de las 22:00, en mitad del fragor nervionense, la Milagrosa se dará un vuelto por callecitas residenciales modernas, pero con encanto, de ese barrio entre Nervión y Ciudad Jardín por donde pasa a la anochecida. Está a un paso el bar de mi amigo Federico, buen capataz, y podemos hacer allí parada técnica.
Y para que no os quejéis, he dejado para el final mi cofradía, de esas veces que tú dices: yo me quedo aquí, si me queréis dirse. San José Obrero en la recogida. A eso de las 23:00 tras recorrer la zona de Árbol Gordo, llena de casitas con encanto y calles estrechas que reclamaba el paso de la cofradía hace años, la verá tras hacer estación en la Basílica de María Auxiliadora en su primera estación de penitencia como cofradía de Semana Santa. Ahora puede tener pleno sentido la salida con nazarenos, y en mi barrio…pues podemos recenar en el Mariluz de la calle San Juan Bosco, o en el Rincón de Santa Justa al lado de la estación o…por supuesto en mi Trini de mi alma, que no se puede aguantar de ricos y de sabrosos que pone los montaditos.
Me habían pedido una previa distinta para las Vísperas. Con sabor y con olor. Pues nada, compañeros, aquí os la mando, para que no le falte de nada a esos cuerpos ansiosos de cofradías por Sevilla. Guarden algo para el Domingo de Ramos…pero ponga el dream way hasta que la Resurrección, por la mañana, se luzca por su barrio. Eso…se lo cuento el sábado. Hasta entonces, que disfruten.