40 Cuentos de Semana Santa - portada

La Cuaresma para los cofrades es el dulce tiempo de la larga espera. Y cuando decimos cofrades nos estamos refiriendo a una inconcreta masa de personas entre los que también hay muchos niños y niñas.

Tal vez, a veces nos olvidamos de este sector y pocos piensan en él a la hora de idear contenidos sobre Semana Santa.

Antonio Puente Mayor, trianero, filólogo y muchas otras cosas más, ha elegido ser el cuentacuentos de las noches cuaresmales de infinidad de niños que ya disfrutan de su último libro “40 cuentos de Semana Santa para 40 noches de Cuaresma”. Una propuesta para irse a la cama cada día con un cuento que permita soñar con la Semana Santa. Una invitación para que mayores y pequeños alimenten la ilusión de lo que está por venir.

Sobre libros, personas, Triana y cofradías hemos hablado con Puente Mayor para conocer un poco más el proyecto que está encandilando a tantos pequeños cofrades.

Sevilla Actualidad: ¿Qué podría decirnos de la acogida que está teniendo este libro de cuentos? No me refiero tanto a datos de ventas como lo que usted percibe ¿Qué le dicen en las firmas de libros?

Antonio Puente Mayor: Lo cierto es que tanto yo como la ilustradora, y por supuesto los miembros de la editorial, intuíamos que el libro podía gustar. La idea era bonita y diferente. Pero jamás imaginamos una respuesta de tal magnitud por parte de la gente. Sobre todo en tan poco tiempo. Al margen de las cifras, lo que más me emociona es comprobar cómo muchas familias han instaurado o recuperado el hábito de leerles cuentos por las noches a sus hijos. En unos tiempos en los que los índices de lectura en nuestro país han descendido de manera alarmante, esto es una noticia para celebrar. Mi propia hija, de cuatro años y medio, está entusiasmada. No sólo con el cuento diario, sino al conocer el título del siguiente. Independientemente del orgullo que me supone poder trasmitir las tradiciones y sentimientos de nuestra Semana Santa, el hecho de contribuir a ese hábito lector es un premio inconmensurable.

SA: Usted ya publicó anteriormente “Nazarenos de caramelo” también dirigido a los niños, lo cual resulta curioso porque nunca se piensa mucho en la infancia cuando se publican obras cofrades ¿por qué se dirige a ellos?

APM: En primer lugar porque cuando me pongo a idear historias siempre tengo una máxima: escribir lo que a mí me gustaría leer. En mi infancia no existían apenas libros de temática cofrade. Todos los niños de los 80 a los que nos apasionaba la Semana Santa aprendíamos con los programas de mano, los coleccionables de ABC y El Correo de Andalucía y el imprescindible libro de bolsillo del Padre Federico Gutiérrez, Semana Santa en Sevilla (publicado en 1975). Pero curiosamente todos eran textos dirigidos a adultos y cofrades iniciados. Cuando en 2006 me surgió la idea de Nazarenos de caramelo y me puse a trabajar, lo hice con la convicción de que podría ser un «manual» para las nuevas generaciones de cofrades. Al fin y al cabo ellos son el futuro de Sevilla y de la Semana Santa.

SA: Con el libro que antes comentaba, “Nazarenos de caramelo”, llegó a ser finalista del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil ¿eso significa que la Semana Santa es más extrapolable o comprensible fuera de Sevilla de lo que solemos creer?

APM: La Semana Santa de Sevilla siempre ha tenido una magnífica prensa. No podemos olvidar que Bécquer ya escribía sobre ella en la segunda década del XIX en revistas y publicaciones de ámbito nacional, situándola por encima de otras —como las de Toledo y Roma—. A partir de la llegada de la democracia podríamos hablar de una etapa dorada, pero es que a inicios del siglo XXI está adquiriendo una dimensión prácticamente universal. La experiencia de publicar tres libros de Semana Santa en cinco años me ha permitido comprobar que hay entusiastas de nuestra Fiesta Mayor no sólo fuera de Andalucía, sino también de España. Esta misma semana me han pedido un ejemplar de 40 Cuentos desde México. Y Nazarenos de caramelo ha llegado a Francia, Polonia o Italia. Curiosamente un matrimonio napolitano que lo adquirió en 2011, vino dos años después con sus hijos para que conocieran de primera mano aquello que tanto les había encandilado a través de mi libro. Fue una de las experiencias más emocionantes de mi vida.

SA: Usted también es el autor de “Cofrades de leyenda” que sí era un libro divulgativo para adultos, por así decirlo, pero ha vuelto a fijarse con esta obra en los “locos bajitos” ¿Prefiere hablar de Semana Santa con niños que con adultos?

APM: Cofrades de leyenda es uno de mis títulos favoritos. Me llevó mucho tiempo de investigación en bibliotecas, hemerotecas, recabando testimonios… Y en 2012 fue uno de los libros más vendidos de la Cuaresma sevillana. Pero de un modo u otro se trataba de una obra destinada a un lector concreto: el cofrade iniciado al que mencionaba antes. Los libros infantiles me permiten llamar a otras puertas que, al fin y al cabo, son mucho más necesarias. En una sociedad carente de principios y profundamente laicista, que un niño pueda acceder a la celebración religiosa más popular de occidente y, por qué no decirlo, a la cultura y valores que transmite el cristianismo, a través de unos sencillos cuentos, es un verdadero lujo. Esas razones son más que suficientes para poner todo mi empeño en la infancia. Pero es que, además, los primeros que se entusiasman son los padres y los abuelos. ¿Hay algo más bonito que enseñarles a tus hijos aquello que te apasiona?

SA: También tengo entendido que se dedica al turismo y es guía para un touroperador. Quizás esto tiene relación con sus obras para niños o la “necesidad divulgativa” ¿sus obras están expresando cierta necesidad pedagógica de popularizar el conocimiento cofrade?

APM: No sólo el conocimiento cofrade, sino el conocimiento en general. Hasta ahora he publicado cinco libros (hay un sexto en camino) y absolutamente todos van llenos de curiosidades históricas, literarias o antropológicas. Desde que estudié Filología Hispánica y, sobre todo, al ejercer en la enseñanza, llegué a la conclusión de que aquellos que nos dedicamos a las letras debemos comprometernos en la divulgación de la cultura. Yo respeto a todos los que escriben, pero mi norma es que los libros deben entretener y enseñar al mismo tiempo. La Semana Santa está atravesando un gran momento en cuanto a participación y dimensión más allá de nuestras fronteras, pero a su vez está evolucionando hacia un modelo excesivamente estético. No podemos permitir que una celebración con más de cinco siglos de historia se reduzca a eso. Hay que profundizar más. Hay que mirar hacia atrás y reflexionar sobre todo aquello que nos ha conducido hasta aquí. En mi opinión las hermandades aportan mucho, especialmente en materia social y de caridad, pero hay un capítulo en el que flaquean bastante: la formación. Y no se trata sólo de formar al cofrade o al cristiano, sino de formar a la persona. 

SA: Si nos damos una vuelta por las redes vemos que entre los comentarios a su libro, se alaban mucho las ilustraciones que contiene ¿cómo ha sido para usted ver sus palabras con los dibujos de María Bullón?

APM: 40 Cuentos de Semana Santa para 40 Noches de Cuaresma era una idea, un concepto que rondaba por mi cabeza, pero María Bullón ha logrado que este se convierta en realidad. Nunca podré agradecerle tanta paciencia, comprensión y espíritu de sacrificio. Para empezar hay que decir que ella es una artista valenciana y su relación con Sevilla comienza en septiembre de 2014. Han sido unos meses de trabajo muy intensos pero a la vez muy satisfactorios. Junto a Marta Montes, la editora, hemos creado un equipo de trabajo formidable. Y eso que el listón estaba por las nubes. Rosa Martínez Lallena, mi esposa, había hecho las ilustraciones de Nazarenos de Caramelo con una precisión asombrosa, lo cual hacía más difícil el reto. Pero María Bullón ha sabido llevárselo a su terreno, y convertir sus carencias en materia cofrade en grandes virtudes. Su punto de vista, puro y desinhibido, nos ha permitido extrapolar las clásicas estampas sevillanas a un mundo onírico maravilloso. De ahí que el resultado sea una comunión perfecta entre tradición y modernidad.

SA: Cuando usted era pequeño ¿cuáles eran sus cuentos favoritos?

APM: Yo siempre he sido un enamorado de los clásicos, y aún lo sigo siendo. Pero si tuviera que quedarme con dos o tres cuentos elegiría aquellos que mis padres crearon expresamente para mí. Concretamente el último que cierra el libro es una adaptación de aquella historia que mi padre me contaba en las noches de Cuaresma, y que ha supuesto la génesis de esta aventura. Se titula «Una historia de ayer», y además de ser un relato verídico y entrañable, para mí tiene un valor doble, ya que es un retrato fidedigno de aquella generación de cofrades nacidos en los años 40 y 50, sobre la que se sustenta la Semana Santa actual.

SA: Y de sus cuarenta cuentos ¿tiene alguno favorito?

APM: Además del que menciono antes, me quedo sin duda con «La soledad de la abuela», el mismo que ilustra la portada. En ese cuento se recogen una buena parte de los recuerdos cofrades de mi infancia. Y además es un triple homenaje: en primer lugar a mi hermandad de San Gonzalo, con la que acabo de cumplir las Bodas de Plata (tuve el honor de que el Hermano Mayor, José Fernández, y un miembro destacado del equipo de redacción de su boletín, Juan Manuel Labrador, me lo presentaran). Luego supone un guiño a uno de los momentos más emocionantes de la estación de penitencia, la visita a los ancianos de la Fundación Carrere, en la Avenida de Coria. Sólo el que ha vivido esos instantes sabe a lo que me refiero. Y por supuesto al 60º Aniversario de la primera salida de Nuestra Señora de la Salud, una de las devociones más hermosas de Triana.

SA: Una debilidad personal que tengo ¿sale el “hombre de los globos” en alguno de sus cuentos?

APM: Por supuesto. Ese personaje está presente no sólo en este libro —tiene un cuento propio—, sino también en Nazarenos de caramelo. Hay que tener en cuenta que la Semana Santa de los niños no es únicamente la de los nazarenos y los pasos. Es la de las bolas de cera, la de las estampitas y los caramelos, las de las cornetas de juguete y, por supuesto, la de los globos de colores. Negar aquello que rodea a la celebración religiosa —lo lúdico y festivo— sería traicionarnos a nosotros mismos.

SA: ¿Y su hermandad del Cachorro? ¿protagoniza alguna de sus cuarenta historias?

APM: Como no podía ser de otra forma, mi hermandad familiar —ya somos tres generaciones de cachorristas— está presente en un relato muy especial titulado «El aprendiz de aguaó». Se trata de una historia inventada pero con tintes reales que muchos hermanos y enamorados de la cofradía sabrán apreciar, ya que contiene guiños al actual aguaó de la Virgen del Patrocinio, un tipo estupendo que además es mi amigo. La mayor parte de los cuentos están repletos de anécdotas mías y de familiares y conocidos. Uno de los más especiales es el que dedico a Francisco Javier Torres Simón, un músico excepcional y conocido compositor de marchas procesionales, con el que tuve la suerte de coincidir en el colegio y en el barrio de Triana. En «Un don para la música» narro algunas de sus peripecias en aquellos años escolares en los que soñábamos con ser protagonistas de la Semana Santa. De un modo u otro hemos llegado a alcanzar nuestros sueños.

SA: Además de dedicarse al turismo, la literatura, usted se define como teatrero y ha realizado el guión del documental “40 golpes de llamador” sobre Ismael Vargas ¿ser tan ecléctico es una necesidad o un simple devenir?

APM: Para mí es una necesidad vital. Desde niño he tenido la suerte de acceder a casi todo aquello que me llamaba la atención. Por suerte nací en una familia que ha sabido transmitirme unos principios maravillosos que se resumen en vivir intensamente, aunque con cabeza. Mi bisabuela materna escribía y tocaba la guitarra ya en los años 20. Ganó incluso algunos concursos de poesía. Mi padre imitaba estupendamente a Rafael Farina cuando era un niño, y mi madre hizo sus pinitos en el teatro y el baile. Pero al mismo tiempo hemos sido una familia trabajadora que ha sabido combinar las obligaciones laborales con el tiempo libre de un modo natural. Siendo así estaba destinado a casarme con una licenciada en Bellas Artes, hija de un músico y de una historiadora del Arte, a la que por cierto conocí en el teatro. No quiero imaginar qué camino elegirá nuestra hija…

SA: ¿Cómo está viviendo esta Cuaresma?

APM: Maravillosamente. Sin duda es una de las Cuaresmas más apasionantes de las que recuerdo. Todas, desde que tengo uso de razón, han sido especiales; pero las de 2011, 2012 y 2015 (las de mis tres libros) no las olvidaré jamás. Esas publicaciones no sólo me han permitido afrontar estos días con una ilusión doble o triple, sino que me han permitido acceder a nuevas amistades, círculos y tertulias cofrades, así como darme a conocer en los medios de comunicación. Al hilo de esto pude cumplir un sueño en 2013: ser comentarista de televisión en las retransmisiones de Semana Santa.

SA: ¿Cree que la Semana Santa de 2015 le traerá nuevas inspiraciones o anda ya maquinando algún nuevo proyecto?

APM: Mi cabeza nunca deja de maquinar, jajaja. Lo hago mientras voy en el autobús, en las colas del supermercado y hasta en la ducha. Llevo dos años investigando para un nuevo libro de Semana Santa que creo que va a sorprender. No obstante aún no me he fijado una fecha de publicación. Antes prefiero dejar bien atados todos los cabos. Al mismo tiempo tengo propuestas de varias editoriales para hacer otros proyectos relacionados con los niños.

SA: Muchísimas gracias y felices noches de Cuaresma.

APM: Ha sido un placer. Desde aquí mando un saludo a todos mis lectores deseándoles unas buenas vísperas y una mejor Semana Santa.

Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...