La Soledad de Los Servitas por la Encarnación.

 

La lluvia amenazó el final de la jornada del Sábado y la salida de la Resurrección, que tuvo que retrasarla. 

El Sol fue la cofradía que abrió la jornada del Sábado Santo. Estrenaron recorrido por San Bernardo y Santa María la Blanca para huir de la estampa solitaria que brindaban las grandes avenidas en los años anteriores, aunque no les acompañó demasiada gente en la ida a la Carrera Oficial. Los de Ramón y Cajal presentaron un cortejo ordenado y compacto. En la Catedral tuvieron algunos problemas con una potencia del Cristo, pero la procesión discurrió con total normalidad hasta su recogida. Muy emotiva  fue una levantá que brindaron los costaleros del Varón de Dolores a sus madres y en concreto a la del capataz, que había fallecido recientemente. La banda de cornetas y tambores de la propia cofradía acompaño a su Cristo con sones clásicos. La Virgen del Sol pasó por la fachada del Hotel Alfonso XIII con las marchas La Madrugá de Abel Moreno y Madre Hiniesta. En su recogida una espectacular saeta estremeció al público presente en la Plaza del Aljarafe. 

La Plaza de la Encarnación fue el escenario del paso de día cofradías seguidas sobre las 5 de la tarde. Los Servitas y la Trinidad. Los primeros avanzaron por su recorrido de vuelta habitual con casi una hora de adelanto por la amenaza de lluvia. Su paso por la Encarnación fue una imagen de contrastes entre lo clásico y lo innovador del paisaje. La marcha Virgen del Valle fue la banda sonora que acompañó a los dos pasos de Los Servitas por la Encarnación, en honor a la hermandad de la Anunciación.

La Trinidad también fue con más prisa de lo habitual por su recorrido. Incluso su entrada se adelantó casi una hora. El Sagrado Decreto pasó por la Encarnación acompañado de la banda cornetas de las Cigarreras haciendo izquierdos, que levantaron el aplauso del público. Más clásico avanzó el misterio del Cristo de las Cinco Llagas, pese a ser la banda de las Tres Caídas de Triana la que lo acompañaba. En la Campana tocaron Oración, este hecho fue sorpresa para los espectadores, ya que la última vez que se escucharon esos compases en la Campana fue en la Madrugá de 2004 cuando el Cristo de las Tres Caídas quiso rendir homenaje a las víctimas del 11-M. 

El Santo Entierro fue otra de las estampas clásicas de la jornada. El primero de sus pasos, el alegórico de el triunfo de la vida sobre la muerte (La Canina) avanzó por Velázquez acompañado de una capilla musical. La banda municipal de Sevilla hizo lo propio con el paso del Santo Entierro, mientras que la banda del acuartelamiento de Tablada acompañó el paso del duelo presidido por María Santísima de Villaviciosa. La lluvia hizo que la hermandad acelerara el ritmo a su paso por Velázquez, cuando pasaba su dolorosa. La entrada fue en el más absoluto silencio con la marcha La Madrugá de Abel Moreno. Al terminar sonó el Himno Nacional de España, que rompió todo el entorno que se había creado en la calle Alfonso XII. 

La Soledad de San Lorenzo fue la última hermandad del Sábado Santo y, para muchos, la última de la Semana Santa. El paso de la dolorosa de San Lorenzo por la calle Cuna en el más absoluto silencio fue uno de los momentos clave de la jornada. Solo se escuchó el crujir de la madera del paso y el rachear de los costaleros. La entrada de la Soledad de San Lorenzo es uno de los grandes momentos de la Semana, sonaron una saeta tras otra, aunque el nivel de alguna fue pésimo. 

La Resurrección tuvo problemas para comenzar su salida procesional. En la tarde de ayer la fachada de Santa Marina tuvo ciertos problemas y a la hora de la salida la amenaza de lluvia estuvo patente, por lo que optaron por retrasar su salida. Este año estuvieron acompañados por más gente que en otras ocasiones. En torno a las 13:30 del mediodía entró la Cruz Guía de la hermandad de la Resurrección acompañada de los sones de la Agrupación Musical del Juncal de Sevilla, que interpretó el Himno Nacional de España, porque la cruz es titular de la hermandad.

20 minutos más tarde llegó el paso de misterio a la Plaza de Santa Marina acompañado por la Agrupación Musical Virgen de los Reyes. En esos instantes y ante una plaza llena, los costaleros regalaron a los presentes una revirá espectacular, de las que paran el tiempo de lo despacio que se hace. Minutos más tarde, el paso entró y la Semana Santa comenzaba a terminarse. La Virgen de la Aurora fue recibida en Santa Marina con una gran petalada mientras que se podía escuchar las marchas Y en Triana, la O; Como tú, ninguna; Coronación de la Macarena y Amarguras. Fueron momentos muy emotivos en la plaza a la que el sol castigaba con un brillo muy intenso. Cuando entró el paso de palio la banda de música de las Cigarreras tocó el Himno Nacional de España y se cerraron las puertas de Santa Marina. En este momento terminó la Semana Santa de Sevilla 2016, que pasó a ser solo un recuerdo de todos los cofrades.