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Sevilla ha vivido una jornada de Viernes Santo soñada. Buenas condiciones climáticas y sin retrasos. Ese buen tiempo hizo que todas las Hermandades se echaran a la calle sin tener que mirar al cielo. 

La primera en pasar por Carrera Oficial fue La Carretería que a los sones de Cigarreras impregnaba las calles de Sevilla de elegancia. Con paso ligero pasó esta Hermandad del Arenal que dejó algunos minutos de adelanto. Desde la calle Carlos Cañal, llegaba la Hermandad de San Buenaventura con su titular, vestida de manera hermosa con el toque que le viene aportando en estos últimos años su vestidor, José Antonio Grande de León. Su mano derecha extendida y en ella, una corona de espinas y tres clavos.

Extendido tenía el corazón el barrio de Triana a lo largo de la Calle Castilla, una mitad en la Hermandad de la O y la otra mitad en la Hermandad del Cachorro. Esta Hermandad era la primera en salir en el día de hoy. Sorprendía a las personas que se agolpaban en su salida ver al Cristo de la Expiración con potencias y corona de espinas. Magnífico andar de la Virgen del Patrocinio que detrás de su manto llevaba en gran parte del recorrido de ida a la Hermandad de la O que este año cumple el 450 Aniversario como Hermandad de Penitencia y que su Virgen saldrá en salida extraordinaria en el mes de octubre. 

Y de los sones alegres del Carmen de Salteras al recogimiento del ruán de San Isidoro. El impresionante cirineo acompaña a Jesús en su Tercera Caída mientras que la Virgen de Loreto, patrona de la Aviación, discurre con zancada larga las calles de la ciudad en su palio de oro.

Pronto llegó a la Carrera Oficial la Hermandad de Monserrat que tuvo que esperar en torno a unos 15 minutos a que le llegara su turno. Hermoso paso de misterio que, a los sones de la banda de las Tres Caídas de Triana, dejaban en la retina de los cofrades estampas típicas del Viernes Santo. La Virgen de Monserrat, perfectamente vestida por Bejarano, avanzaba por las calles de Sevilla de forma muy elegante.

Cerraba la jornada el sonido de la campana del muñidor que abría paso a la Mortaja de Cristo, guiada por diechiocho ciriales que le marcaban el camino hacia el Convento de la Paz.

Expléndido Viernes Santo en Sevilla con horarios cumplidos sin retrasos, cielos despejados y el recuerdo de una Semana Santa que vive sus últimas jornadas.