tres-caidas-rioja-candela-vazquez

Cuando apenas pasaban quince minutos de las dos del mediodía, concluyó ese fenómeno peculiar de la religiosidad popular sevillana que se llama Madrugá.

Una noche, la más larga del año, que a lo largo de catorce horas regala a propios y extraños, a los que lo sienten y a los que no (pero también salen) una mágica conjunción de escenas y lugares que pasa a la memoria colectiva como una página más de ese prodigio de conjunción de intenciones bien intencionadas, valga la redundancia.

Las buenas intenciones de las autoridades municipales y nacionales, reflejadas al final de la jornada en diferentes tuits firmados por el alcalde Juan Espadas y contestadas por algunos medios hacia el lado conservador, han dado su fruto. “Lo que hago no lo comprendes ahora, lo comprenderás más tarde”, le dijo Jesús a San Pedro y ha parecido repetirnos el gobierno municipal después de varias jornadas de críticas a las limitaciones de acceso y de ocupación de espacios que han cuajado esta noche de Pasión en torno a las grandes devociones de Sevilla.

Noche apasionada, algo fría, pero no tanto como otros años en los que esperar que llegaran las cofradías sin taparse con una buena manta era imposible. Una noche en la que las hermandades, después de tantas idas y venidas, después de tantos quebraderos de cabeza para el Consejo de Cofradías, han cumplido escrupulosamente los horarios.

Tan sólo un pequeño parón y algún que otro retraso, especialmente a partir del paso de los últimos cortejos por los controles horarios. Se notaba, a pesar de ello, el interés de las corporaciones por no verse limitadas ni sometidas a un control extraordinario por parte de la autoridad cofradiera.

El Silencio, sin novedad, manteniendo vivas las esencias que le constituyen como la hermandad más antigua de la Semana Santa. El Gran Poder, con la novedad siempre llamativa de la túnica elegida para vestir al Señor, que levanta polémicas y opiniones contrapuestas que no tienen nada que hacer en cuanto llega, a cualquier punto de su revisable itinerario, antinatural y extenso, llega el Nazareno de Juan de Mesa. La Macarena, constituyendo el balcón de su casa de hermandad, como viene siendo habitual, en pabellón de autoridades del Partido Popular y del gobierno en funciones.

La hermandad del Calvario, también sin novedad alguna, destilando las esencias en el alambique de los paladares exquisitos. La Esperanza de Triana, con Susana Díaz en la calle Pureza de vuelta, reconociendo su pasado y el verdor de su gestión y responsabilidad. La cofradía de los Gitanos, poniendo en la calle la dolorosa mejor vestida, la virgen de las Angustias, y regalando como siempre una espectacular entrada en Campana, tranquila y sin mirar el reloj al que tanto temían cuando se negaron a ciertas soluciones para la jornada.

Dos no pelean si uno no quiere. Dos no llegan tarde si uno se empeña en cumplir con los horarios. Lo han demostrado las cofradías, clavando las entradas y las salidas hasta que las más populares y mañaneras han relajado el protocolo con su explosión de sentimientos que los medios mayoritarios han retransmitido para toda Andalucía.

Una Madrugá como un reloj, sin mirarlo tanto desde fuera pero agarrada al cumplimiento preceptivo de todo lo marcado y estipulado. Una Madrugá más, pero siempre distinta. Una Madrugá que despierta de forma especial también en Cuba, donde hoy cantarán los Rolling. Una Madrugá y un mismo diálogo de Dios con Sevilla.

Galería de imágenes de la Madrugá

cristo-silencio-mike-arco

gran-poder-juan-avila-mike-arco

macarena-resolana-elu-luceño

sentencia-arco-macarena-angel-espinola

cristo-gitanos-francos-antonio-campos

detalles-tres-caidas-pablo-galavis

esperanza-triana-pages-corro-pablo-galavis

Sevillano habilitado por nacimiento, ciudadano del mundo y hombre de pueblo de vocación. Licenciado en Historia del Arte que le pegó un pellizco a la gustosa masa de la antropología, y que acabó siendo...