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Sólo La Candelaria y el Dulce Nombre pudieron realizar sin problemas, aunque con ligeras modificaciones en los respectivos itinerarios, su estación de penitencia en la tarde-noche del Martes Santo. Las demás tuvieron que conformarse con intentarlo y toparse con unos oscuros nubarrones acompañados por sonido de tormentas que paulatinamente fueron descargando sobre las calles de la cuidad haciendo añicos sus planificaciones. 
 
Santa Cruz y Los Estudiantes han sido las únicas cofradías que rechazaron llevar a cabo sus salidas ante las previsiones que anunciaban chubascos entre las seis y las siete de la tarde. La negativa de la corporación universitaria contrastaba con los avisos de salida en esa misma franja horaria de San Benito y Javieres. En la hermandad de la calle Feria, la anécdota vino por la temeridad de un cargo de la cofradía que osó comunicar a los medios que la hermandad no saldría, cuando la realidad reflejaba que dicha decisión todavía no había sido tomada siquiera. Tras el malentendido, la salida y la posterior permuta con San Esteban para incorporarse a la carrera oficial, la cofradía se vio obligada a retornar sus pasos hacia Omnium Sanctorum bajo un aguacero que rompería la jornada en dos, causando que San Esteban se guareciera en la Anunciación y que San Benito también optara por marchar de nuevo hacia su templo rodeado de una marea de paraguas. 
 
La noche pareció aplacarse y San Esteban pudo volver a su iglesia tomando por el mismo recorrido por el que llegó a Laraña. La Plaza de San Ildefonso brilló como uno de los puntos clave de una hermandad que estrenaba este año recorrido de ida precisamente tirando por ese entramado tan cercano a la calle Águilas. 
 
Protagonista por descontado de la jornada fue la hermandad de Los Dolores. La cofradía del Cerro adelantó una hora su puesta de largo para poder plantarse en el centro antes de que la amenaza de precipitaciones se hiciese mayor. Por los pelos escaparon. Mientras el Cristo se salvaguardaba en la Catedral, el palio no tuvo más remedio que buscar cobijo en el Rectorado. En un claro de la tarde, el paso de la Virgen pudo ser llevado a la Catedral para unificar la cofradía, pero la lluvia nuevamente impidió que pudiesen salir del templo catedralicio en la misma tarde de hoy, quedando pendiente su vuelta al barrio en uno de estos próximos días de la Semana Santa.
 
Las masificaciones en diversas zonas de los recorridos han sido uno de los aspectos más destacados de un día en el que la constante amenaza del cielo ha ensombrecido la ilusión de miles de sevillanos.
 
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