Aquellos que hayan acudido al centro de la ciudad durante este puente de la Inmaculada han percibido a través de sus oídos otros sonidos muy distinto al de los coros de campanilleros cantando villancicos y al de las tunas cantando en torno a la muralla del Alcázar de Sevilla.

No era el subconsciente de aquellos ansiosos cofrades que esperan  el nacimiento del Niño Jesús para empezar la particular cuenta atrás hasta el Domingo de Ramos. Esos redobles de tambor, esos sones de cornetas y ver a numerosos músicos vestidos de uniforme por las calles de la ciudad no era fruto de una locura. Durante este puente Sevilla ha acogido el IV Congreso de Bandas de Música Procesional Ciudad de Sevilla con múltiples de actos, entre ellos, la actuación de numerosas bandas en un escenario instalado en la Plaza Nueva.

Durante estos días se han celebrado masterclass y otros encuentros en los que Sevilla ha sido la capital de la música cofrade. En total, se han reunido a más de 2500 músicos de más de 30 bandas de música de diferentes provincias de España, algunas venidas desde Ciudad Real, Valladolid y Almería.

Este consejo de bandas se cerró en la mañana de ayer con un pasacalles realizado desde la Plaza Nueva hasta las Setas, recorrido en el que hubo numeroso público deleitando sus oídos. 

Un Consejo de Bandas que, no exento de polémica, dejó momentos para el recuerdo, como aquel en el que la banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas interpretó una popular sevillana («Me gusta mi Triana»).