El subdirector de Sevilla Actualidad, Antonio Campos, proclamó este pasado domingo el pregón de la Semana Santa 2015 de San Fernando, la ciudad que lo vio nacer, crecer y consagrarse como profesional y cofrade. Un encuentro emotivo y cargado de sensibilidad marcado por la juventud del periodista isleño.
Sevilla Actualidad no sólo se circunscribe a esas dos palabras que articulan su nombre. Tras más de cinco años en la red, este medio también es la gente que lo integra, y también ellos a veces son protagonistas de la actualidad. Antonio Jesús Campos, subdirector de Sevilla Actualidad, ha sido el pregonero de la Semana Santa de San Fernando, su tierra natal. Un pregonero que ha roto los esquemas por su juventud y por su frescura.
La mañana en La Isla de León tenía un nublado que a más de una hermandad le hubiera hecho cancelar su estación de penitencia. Por los alrededores del Real Teatro de las Cortes se veían cofrades engalanados camino del encuentro con el pregón, sin saber exactamente lo que buscaban, sin imaginar lo que iban a encontrar.
Pasadas unas dos horas, entre marchas, saludos, presentaciones, pregón e himnos, un militar se lo comentaba a otro: ¿has visto que frescura?
Tal vez era una buena definición en su fondo y en su forma, en aquel contexto, con esa síntesis de palabras certeras. Tal vez Antonio llevó al escenario una corriente de aire fresco sin artificios, sin ilusionismos o trucos, sólo con la palabra, la vivencia y una pincelada radiofónica, pues la radio no debía faltar.
El pregón joven
Desde su nombramiento, allá por el mes de octubre, llamó la atención la juventud del pregonero, veintisiete años. La cuestión no tenía más vuelta de hoja, Campos no ha podido sumar más años durante el tiempo que lleva de vida, pero como diría el refranero, supo hacer de la necesidad virtud y precisamente su juventud ha sido uno de los puntos fuertes del pregón.
Recalcó que los jóvenes cofrades no son el futuro, son el presente; hecho incontestable que debería generar nuevas responsabilidades en las hermandades en un sentido bidireccional, los jóvenes quieren respetar las tradiciones, pero las juntas de gobierno deben permitirles perpetuar el legado.
El pregón vivencial
Cuando alguien no atesora el suficiente número de años parece que sus vivencias tienen menos peso, como que son incomparables a cualquier rango que mereciera ser tenido en cuenta. Quizás sólo hay que sacudirse complejos; tal vez las vivencias de un joven periodista sean tan lícitas como las de un cofrade sexagenario. Probablemente era fácil reconocerse en los lugares comunes por los que tanta gente pasa. Encontrarse en las aceras, las conversaciones, las confiterías, las iglesias, las tiendas, las soledades compartidas en esas multitudes que son tan sólidas como efímeras.
Es por una de esas grietas de espacios comunes por las que puede colarse la radio si uno tiene la suerte de llevar la Semana Santa isleña a los receptores año tras año.
El pregón de la gente
Y puede ser por todo lo anterior que a veces ocurren estos fenómenos catárticos de la literatura, las letras dejan de ser del autor, las historias se escapan de las páginas, se derraman las ideas sobre las cabezas de la gente y… el pregón pasa a ser de los demás, de quienes lo han disfrutado, saboreado, desgranado, poseído.