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En la tarde del sábado la Divina Pastora recorrió las calles de Triana en una procesión que duró hasta la una y diez de la madrugada.

Tras una semana marcada por la lluvia, el tiempo acompañó, situación que animó a la gente a salir a la calle. Fue numeroso el público que se congregó en las calles del viejo arrabal para contemplar el andar largo y racheado que imponía Francisco Javier Díaz Espinosa a su cuadrilla. El paso estaba exornado con flores silvestres y ramos de nardos en las cuatro esquinas de la canastilla.

La Divina Pastora fue recibida con cohetes en la calle Alcaicería que se encontraba engalonada al igual que la calle Rodrigo de Triana donde se vivieron momentos muy emotivos.

La Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva (Salteras) puso los sones y Triana, el corazón.