Pocos madrugones como éste experimentan los sevillanos en pleno mes de agosto. Pero la ocasión lo merece. O, al menos, eso dicen los más devotos de la patrona de la Archidiócesis sevillana, y como se comprueba en la imagen de Pepo Herrera.
La procesión comenzaba a las 08.00 horas, sin embargo, la actividad en la Catedral había comenzado horas antes este señalado 15 de agosto. La puerta de los Palos abrió el camino a la Virgen de los Reyes con una plaza plagada de fieles y curiosos, y con unas temperaturas que ya se intuían altas.
Este año la patrona se atavió de color verde, el color que la reina Isabel II decidió otorgarle, y las 60 docenas de claveles y más de mil varas de nardos ensalzaron la belleza de este palio que transmite señorío y desprende el más dulce aroma de una primavera en agosto.
Los niños carráncanos de la Hermandad sacramental del Sagrario escoltaban la cruz que daba inicio propiamente al cortejo religioso, la comitiva configurada por 200 personas con cirios acompañaban a la patrona de la ciudad que tardó poco más de una hora en rodear la Catedral.
El recorrido comenzó en la Puerta de Palos a las 08:00 horas y siguió por Placentines, Alemanes, Puerta del Perdón, Punta del Diamante, Avenida de la Constitución, Puerta de la Asunción, Fray Ceferino González, Puerta del Príncipe, Plaza del Triunfo y Plaza Virgen de los Reyes. La Patrona fue acompañada en todo momento de los sones de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, que ya en la jornada del jueves supo dar un anticipo de lo que iba a ser el día de hoy, en un concierto configurado dentro de las actividades programadas para el 15 de agosto.