La Virgen de la Hiniesta presidió el altar en la fachada del Ayuntamiento de Sevilla desde la madrugada del jueves / Candela Vázquez

El centro acoge la celebración del Corpus y San Fernando

El Corpus del 2013 será recordado como aquel en el que los jerséis no sobraban, las chaquetas eran bienvenidas y el sol era un idílico compañero y no un insoportable enemigo.

Cuando llega la festividad del Corpus Christi en Sevilla, lo primero que se te viene a la mente es un día caluroso en Sevilla, de esos en los que te sobra toda vestimenta que llevas encima y que lo que te mantiene viendo la procesión es más el corazón que la cabeza.

El misterio de la Sagrada Cena al completo fue trasladado al Palacio Arzobispal con motivo del Año de la Fe

Como cada año este día, que dicen que reluce más que el sol, comenzaba muy temprano. A las 6:30 de la mañana, concretamente, con el tradicional traslado del Señor de la Cena hasta el altar dispuesto en el Palacio Arzobispal. Como bien sabrán, con motivo del Año de la Fe y del Centenario de la reorganización de la Hermandad de la Cena, su Junta de Gobierno decidió que acudiera el misterio completo hasta el Arzobispado. Quizás sea éste uno de los motivos por los que la afluencia de público a esa hora temprana de la mañana haya sido mayor que en otros años, especialmente por la zona de la Cuesta del Rosario y la calle Francos.

Con el Señor de la Cena colocado perfectamente bajo la puerta lateral de Palacio, y con puntualidad británica, a las 8:30 de la mañana, se abrían las puertas de San Miguel de la Catedral para que comenzara a salir el larguísimo cortejo que antecedía a la custodia de Arfe. No estaría mal que se pensara la idea de colocar un tope al número de hermanos de cada Hermandad que va en representación, porque llega un momento en el que el desfile es algo tedioso y aburrido. Como dato, la Hermandad de la Macarena era la que mayor número de parejas con cirios llevaba, 56.

Mientras que en el interior de las naves catedralicias continuaba con la misa del día del Corpus y el baile de los Seises, uno tras otro fueron saliendo los pequeños pasos desde la Catedral. Primero Santa Ángela, luego Santa Justa y Rufina, San Isidoro, San Leandro, San Fernando, la Inmaculada, el Niño Jesús y la Santa Espina, hasta que finalmente, sobre las once de la mañana y con las calles del centro abarrotadas de público, hizo acto de presencia la gran Custodia de Arfe escoltada por los militares.

Una hora y cuarto después, y con las campanas de la Giralda repicando en el cielo de Sevilla, terminaba la procesión del Corpus Christi con la llegada del Santísimo hasta la Plaza Virgen de los Reyes, lugar en el que como cada año los militares desfilaron ante la Custodia, y su entrada de nuevo en la Catedral por la Puerta de Palos.

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