Un día después de haberse dejado el corazón en el atril del Maestranza, Francisco Javier Segura Márquez presentó en la Sala Joaquín Turina de Cajasol la versión escrita de su pregón.
Fue un acto emotivo donde el público volvió a mostrar su alegría con un pregón que si bien no ha contentado a todo el mundo, cosa imposible y más en Sevilla, ha logrado satisfacer a una mayoría amplísima, Monseñor Asenjo incluido, quien asentía desde el escenario con fervor, mientras su auxiliar, Santiago, se reía a carcajadas en los momentos más animados.
En la presentación se ha podido repasar un texto que aunque es de lectura encandilante, se ha recomendado por parte de Gregorio Serrano que debería ir acompañado de un DVD, cosa que tampoco sería mala idea, al fin y al cabo, si algo le sobraba en los últimos años a Sevilla eran pregones de esos que para ser educados el “bienqueda” de turno decía: Es que es un pregón para leerlo. Pero la verdad es que también se disfruta este pregón cuando se lee, ventaja de la edición escrita son las obras pictóricas que acompañan al texto de las que el pregonero ya habló hace unos días a este medio. Como ya anunciamos, se trata de un conjunto de obras muy diversas entre sí, que le aportan al texto el mismo dinamismo que Segura le impregnó sobre las tablas.
Los beneficios de esta edición están destinados a la Obra Social de la Primitiva y Real Hermandad de la Divina Pastora y Santa Marina. Junto a este detalle común a todos los pregoneros, que destinan los beneficios a lo que crean conveniente, Francis ha tenido un detalle muy especial para todas aquellas personas que han caminado a su lado en la andadura del pregón; se trata de las cajitas “Effetá”.
Son unas delicadas piezas artesanales realizadas por ceramistas de Talavera de la Reina en las que el pregonero anima a atesorar todas esas cosas maravillosas que nos invitan a abrir los sentidos, como proclamó al comienzo de su intervención con la declamación de la aramea palabra. Las cajitas han sido repartidas entre diversas personas, como los artistas que han aportado pintura y música a la presentación, el amigo y escudero del pregonero Andrés Martín Angulo, y quizás la más sorprendente ha sido la que ha ido destinada a la persona que pudiendo ver en el Maestranza el pregón lo vió en su casa, y no por hacer un feo, sino por caballerosidad, Adolfo Arenas.
Francis continúa con un temple admirable, la misma calma y afabilidad que lo ha acompañado todo este tiempo, la que le hizo tocar marchas al piano del camerino antes de salir al escenario, es la misma que le ha hecho disfrutar de la presentación del libro, firmando con cariño y sonrisas todos los ejemplares de los cofrades que hasta allí se han acercado con este fin.
Críticas las hay para todos los gustos, desde los que lo comparan con Rodríguez Buzón hasta los del colmillito que afirman que no ha sido para tanto. Pero si nos vamos a la gente de a pié, la gente que compone y es Semana Santa en sí, sólo podemos concluir con que mucha gente necesitaba que Francis Segura pregonara la Semana Santa de Sevilla.