Los especialistas recomiendan al costalero prevenir lesiones haciendo ejercicio para fortalecer los músculos antes de cargar el paso desde las trabajaderas / Mercedes Romero

Los costaleros son el sostén de la Semana Santa, en el aspecto físico, por llevar el peso de los titulares de su devoción al encuentro con la ciudadanía en nuestras ciudades y pueblos.

El capataz, no sólo se limita a aceptar y guiar a los costaleros durante la procesión, selecciona a la cuadrilla y garantiza que tengan una complexión física aceptable. Con la igualá, persigue que cada persona de la cuadrilla bajo el paso lleve el mismo peso. Algunos consiguen pasar la prueba, otros muchos costaleros que no lo logran, aunque acompañarán a su hermandad asistiendo a los costaleros que se encuentran indispuestos durante la estación de penitencia.

Los males bajo el costal

Los especialistas recomiendan al costalero seguir un programa de fortalecimiento muscular durante todo el año para evitar las lesiones que son más frecuentes entre los costaleros: rozamiento en el cuello “tomate” (64,4%), esguince de tobillo (1,6%), hormigueo (13,8%) y tirón muscular (10,3%).

Año a año los hermanos que asumen el peso de la procesión han ido tomando conciencia de la importancia de prevenir lesiones con una correcta hidratación previa al esfuerzo físico que realizan durante la carga del paso: el objetivo de evitar posibles hipoglucemias o tirones musculares. De hecho, según un estudio realizado en marzo de 1999 por el Costalero.com, de los 320 costaleros y capataces encuestados, el 13,45% bebe agua con limón y azúcar, el 61,6% refresco y el 4,45% otras bebidas.

La crisis no es sólo económica o institucional en la sociedad actual. También la religión está en crisis, y las hermandades contribuyen a acercar a los ciudadanos a la iglesia. Lo hacen con el impulso de los jóvenes, que no sólo quieren formar parte del cortejo penitencial durante un día, sino que tratan de involucrarse también el resto de días para ayudar a que la corporación religiosa siga activa durante el año. Más allá del aspecto religioso, la tradición y la cultura cofrade se mantienen en buena forma. Los costaleros con su práctica hacen que la Semana Santa no se reduzca a una semana al año, a través de unos ensayos en las calles que empiezan durante los primeros días de la Cuaresma, o antes en algunas ocasiones.

Las extremidades que más ejercitan los costaleros encuestados en el estudio realizado por Elcostalero.com son las piernas (58,4%), seguida de los abdominales (38,4%) y los brazos (35%) y dolores que permanecen más marcados, sin embargo, se localizan en mayor medida en el cuello (15,6%). Aunque todo el peso del paso recae mayoritariamente sobre los hombros y las rodillas, también es necesario fortalecer otras zonas del cuerpo que pueden ser susceptibles de dolor.

Ejercicio físico, cuidados y lesiones

A pesar de que los hermanos costaleros saben que el seguimiento médico es imprescindible para poder colocarse debajo de un paso, según un estudio publicado en abril de 2011 por el Colegio de Fisioterapeutas de Madrid, la mayoría reconoce no haber visitado en el último año a algún fisioterapeuta para tratar sus lesiones. Por ello, este centro especializado, ha creado un servicio gratuito de Atención al Costalero con el objetivo de ayudar a estas personas a participar en los actos de la manera más óptima para su salud.

El estudio del colegio de fisioterapeutas constata que la mayoría de costaleros no realiza ejercicios de estiramiento ni antes ni después de la procesión. Los especialistas recomiendan seguir un programa de fortalecimiento muscular durante todo el año para evitar las lesiones que son más frecuentes entre los costaleros: rozamiento en el cuello “tomate” (64,4%), esguince de tobillo (1,6%), hormigueo (13,8%) y tirón muscular (10,3%).

El sedentarismo se ha convertido en algo cotidiano y pernicioso, y los costaleros deben combatir también a esta práctica social. De manera especial, ya que sus lesiones, provocadas por la falta de ejercicio, no están exentas de riesgos para las hermandades. Por ello, y para que la tradición de las procesiones de la Semana Santa siga vigente, es necesario optar por unos hábitos de vida saludables siguiendo los consejos de los expertos.

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