Texto íntegro del Pregón

El texto bello y bien escrito de Lutgardo García para el Pregón de las Glorias de Sevilla dejó a todo el mundo con un estupendo sabor de boca.

Sin entrar en comparaciones o disputas de otra clase, se agradece que aún en esta ciudad se pueda asistir a la declamación de un texto tan magnífico como el de Lutgardo, que, dedicando el pregón a su abuela y a su hija, ambas llamadas Inés, fue desgranando el amplio y rico tiempo de Glorias en Sevilla, relatando a su hija en todo momento lo que él mismo ha vivido y espera vivir.

Los versos de este sevillano, médico de profesión, sin perder costumbrismo o belleza, no caían en esos tópicos que debieran evitar tantos pregoneros, lo cual era muy de agradecer para un público que en muchas ocasiones, dispuesto a oír un pregón, acaba oyendo cualquier otra cosa que si guarda alguna similitud con lo que se esperaba, es casi de casualidad.

Lutgardo no necesita presumir o exhibir lo que ahora llaman “compromiso cristiano”, pues eso se da por hecho. El pregonero no dio ningún mitin político, no adoctrinó ni pontificó. Dio un testimonio literario de las Glorias, trenzó la historia con las vivencias y nos anunció los días letíficos que ya están aquí.

En la cena posterior al pregón, que se celebró en los Reales Alcázares, los comentarios eran unánimes y principalmente de tres tipos. El primero era de alabanza, todo el mundo más que satisfecho con el pregón. El segundo tipo de comentario eran los de sorpresa por la juventud del pregonero, la cual no sólo no influyó para que presentara un texto maravilloso, sino que también su juventud sorprende en su vida profesional y personal, ya que a sus treinta y dos años el pregonero es médico, especialista en obstetricia y ginecología, posee un máster en enfermedades raras, lleva a cabo su labor en el Virgen del Rocío, está casado y tiene dos hijos.

Definitivamente, es una persona que sabe usar el tiempo. Los comentarios del tercer tipo vaticinaban cuándo se escucharía de nuevo a Lutgardo en otro atril, el del teatro Maestranza. Yo, obviamente creo que el galeno está  plenamente capacitado para esto, pero sinceramente, creo que ahora mismo no es necesario comentar esto. Todo en la vida, si tiene que llegar, llega,  pero no puede dejar de disfrutarse el presente por esta cuestión.

Las hermandades de Gloria tuvieron hace unas semanas la magnífica presentación del cartel de Daniel Franca, pintura que para bien o para mal no dejó indiferente a nadie. Y tras ello, han podido presenciar un magnífico pregón como ha sido el de Lutgardo, así que con esto y las primeras procesiones ya en la calle, pensar más allá de todo esto, es privarse de gozar lo presente.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...