Lina Gavira, profesora de la Universidad de Sevilla, comienza el curso de la asignatura Estructura y Procesos Sociales dando a sus alumnos el siguiente consejo: «Amplíen sus redes sociales». Y no hay nada más necesario y útil que aquello a lo que anima la profesora.

Jesus Rodríguez. Realmente, si algo tiene importancia en nuestros días, eso es las relaciones sociales. Los contactos, las personas, los lazos que nos unen entre nosotros… Todo ello compone el motor que mueve el mundo de hoy en día: el mundo de lo 2.0.

E Internet, fuente de cambios y reflejo virtual de la realidad social, no es ajeno a estas necesidades de ampliar horizontes que tienen sus usuarios. Desde hace años, gracias a la Red es posible no sólo estar en contacto con nuestros amigos cercanos y familiares, sino conocer y contactar habitualmente con personas que viven a miles de kilómetros de distancia, por medio de herramientas como los chats, los clientes de mensajería instantánea, o el correo electrónico.

Pero esos medios, aunque son usados de forma prolífica, han quedado pequeños frente a la demanda de nuevas posibilidades de interactuación y de relación con nuestros vecinos virtuales. Hoy, en el mundo de la web 2.0 -la web participativa, para más señas-, se han desarrollado multitud de herramientas online con las que es posible interactuar con el resto de los internautas y fomentar la idea de comunidad virtual.

Quizá una de las más interesantes es Twitter, un proyecto creado por Jack Dorsey en julio de 2006, y nacido con una idea muy simple: poder decir a todo el mundo, y en cualquier momento, qué estás haciendo. La dinámica es sencilla: cada persona escribe mensajes cortos, de no más de 140 caracteres (similar a un SMS), y leen los mensajes de los usuarios a los que siguen (followean). A la vez, hay otros usuarios que siguen a uno mismo, y ellos leen lo que uno va publicando.

De este modo, se establecen dos conceptos novedosos: el de microblogging (hablar de cualquier tema, a modo de blog, pero mediante mensajes cortos) y el de una comunidad compuesta por muchos usuarios conectados entre sí, lo que implica que muchos de los contactos de un usuario pueden también contactos de otras muchas personas, y esto favorece los lazos de afectividad y la ampliación de las redes sociales.

Posiblemente, en un primer momento veáis poca utilidad al invento, pero realmente es una herramienta muy útil para conocer gente nueva, hablar de cosas para las cuales no te parece apropiado usar otro medio, o bien -por qué no- para informarte rápidamente de ciertas noticias y compartir enlaces que te parecen interesantes (de hecho, hay una importante red de periodistas en Twitter).

Os animamos a que la probéis y nos contéis vuestra experiencia en los comentarios. De momento, es todo. La próxima semana, más. ¡Hasta entonces!

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