Un grupo de investigadores del Consejero Superior de Investigaciones Científicas revelan que el Mar Mediterráneo se tardó en llenar de unos meses a dos años tras la sequía que sufrió hace seis millones de años. La sequía se produjo al quedarse aislado de los océanos durante un largo período de tiempo.

Sevilla Actualidad. Hace seis millones de años el mar Mediterráneo se secó al quedarse aislado de los océanos colindantes. Hasta ahora se pensaba que este mar había tardado en llenarse de 10 a 10.000 millones de años. Según un estudio elaborado por un grupo de investigadores del Consejero Superior de Investigaciones Científicas se ha descubierto que tardó de unos meses a dos años en llenarse. El estudio esta publicado en la revista Nature.

El investigador del CSIC Daniel García-Castellanos, uno de los responsables de la investigación, explica que “La inundación que puso fin a la desecación del Mediterráneo fue extremadamente corta y más que parecerse a una enorme cascada debió consistir en un descenso más o menos gradual desde el Atlántico hasta el centro del Mar de Alborán, una especie de ‘megarrápido’ por donde el agua circuló a cientos de kilómetros por hora. Como consecuencia, el canal erosivo que atraviesa el estrecho tiene unos 500 metros de profundidad y hasta ocho kilómetros de anchura, y se extiende a lo largo de unos 200 kilómetros entre el Golfo de Cádiz y el Mar de Alborán”.

Hace unos años los ingenieros del túnel que debía unir Europa y África estudiaron el subsuelo del Estrecho de Gibraltar. En su estudio se encontraron con este problema, un surco de varios cientos de metros de profundidad, rellenado por sedimentos poco consolidados. Los geólogos y geofísicos pensaron que esta enorme erosión había sido producida por algún río de gran caudal durante la desecación del Mediterráneo.

“Esperamos que el artículo contribuya, en cierta medida, a planificar las obras del túnel para unir Europa y África. El trabajo se basa en buena parte en los estudios preliminares de ese proyecto, muy condicionado por la presencia de ese canal erosivo que nosotros relacionamos con la inundación. Sería cerrar un bello círculo que nuestra investigación acabara contribuyendo a la construcción del túnel con nuevo conocimiento”, apunta García-Castellanos.

La sequía trajo una serie de consecuencias. Los principales ríos que desembocaban en el Mediterráneo excavaron profundas e impresionantes gargantas en los márgenes del fondo marino, que quedaron expuestos. Los ríos desembocaban entonces en lagos salinos situados en las partes más profundas de la cuenca.

García-Castellanos avanza las implicaciones que pueda tener el estudio: “Un cambio tan enorme y abrupto en el paisaje terrestre como el que hemos deducido pudo tener un impacto notable en el clima de aquel periodo, algo que no se ha estudiado aún con suficiente detalle y a lo que podría ayudar este trabajo. La técnica usada, además, nos puede servir también para estudiar otras inundaciones de las que se desconocen su intensidad o duración”.

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