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El defensa del Betis, Miki Roqué, ha anunciado esta mañana que padece un tumor maligno en la pelvis, que debe serle extirpado de forma inmediata, por lo que estará apartado de la práctica deportiva de forma indefinida.

El joven central verdiblanco, de tan solo 22 años, compareció en rueda de prensa para dar la triste noticia, para lo que estuvo acompañado por el presidente de la entidad, Rafael Gordillo; el vicepresidente, José Antonio Bosch; toda la primera plantilla, el cuerpo técnico y representantes del Betis B.

Tomás Calero, médico del club, ha explicado que se trata de un tumor maligno en la pelvis de grado uno-dos que le va a hacer perderse lo que queda de temporada», aunque se teme que el central tenga que abandonar el fútbol, algo que es difícil de determinar a día de hoy. Con respecto al tratamiento de la enfermedad, Calero ha adelantado que la idea es «realizar varias consultas con centros de primer nivel en España para atajar el problema en unos quince días».

El propio jugador, visiblemente afectado, explicó su situación: «Me han encontrado un tumor y me lo tienen que quitar. Los médicos son optimistas, el cáncer no está muy avanzado y me han dicho que no habrá muchos problemas para quitarlo«, ha declarado Miki, hasta ahora, uno de los fijos en las alineaciones de Pepe Mel, siempre que le respetaron las lesiones.

El presidente verdiblanco quiso mostrar su total apoyo al ilerdense, declarando que «es difícil hablar, pero él está muy fuerte, más fuerte que yo, fortísimo. Ya le hemos comunicado que el Betis está aquí para ayudarle en todo lo que necesiten él y su familia».

Miki Roqué, que cumplía su segunda temporada en el Betis, llegó para militar inicialmente en el filial, pero la falta de efectivos en defensa y la confianza de Pepe Mel en la cantera le abrieron esta temporada las puertas del primer equipo, con el que ha disputado catorce partidos oficiales, en los que ha anotado dos goles. 

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