Se cumplió el dicho y la llegada de Víctor Fernández ha devuelto al Betis a la senda de la victoria a domicilio después de un encuentro en el que exhibió buen juego en la primera mitad y en la segunda Goitia evitó el empate cordobesista.

Ismael F. Cabeza. Ambiente de gala en El Arcángel para recibir al Betis. Impecable comportamiento de las aficiones y buen juego sobre el césped (el Betis lo puso en la primera mitad y el Córdoba, en gran parte por demérito de los sevillanos, en la segunda) en un partido intenso y que sirvió para que los de Víctor Fernández mostraran pinceladas de lo que quiere el nuevo míster.

La primera mitad fue de total dominio visitante. El gusto por la posesión y el toque quedó reflejado desde el minuto uno (minuto en el que por cierto se produjo la lesión de Rueda, esperemos que no sea grave) y ello provocó que el Betis llegara al área rival como no se le recordaba hacía mucho tiempo lejos de Heliópolis. Fruto de ello llegó el gol de Jonathan Pereira, quien empieza a rentabilizar su fichaje y que aportó calidad e intensidad en la presión al rival.

Víctor Fernández apostó por un equipo ofensivo, reforzando el centro del campo con cuatro hombres (Arzu, Iriney, Capi y Emana, aunque el camero y el camerunés se intercambiaron la posición de mediapunta) y con el activo Jonathan Pereira y el desaparecido Sergio García arriba. El gol tempranero aportó tranquilidad a un equipo que mostro que sabe tocar la pelota, sin dejar apenas iniciativa al Córdoba y pudiendo haber sentenciado el partido antes del descanso.

Tras la reanudación, no obstante, la película cambió radicalmente. En lugar de salir el Betis de Víctor Fernández saltó al césped el de Antonio Tapia, un equipo temeroso, sin completar combinaciones de más de dos pases y dejando la iniciativa a los locales. Esa situación se reforzó con la expulsión (una más) de David Rivas. Ya entonces había sacado Goitia un mano a mano a Juanjo, pero tras la expulsión del nazareno el portero bético se convirtió en el salvador de su equipo con al menos otras tres intervenciones de mucho mérito.

El Betis también tuvo algunas opciones de aumentar la renta a la contra, especialmente con un disparo al poste de Juan Pablo Caffa. El Córdoba lo intento hasta el final pero parece haber cambiado la tendencia negativa para el Betis, ya que de haberse disputado este partido hace un par de semanas alguna de las ocasiones que tuvo el conjunto de Alcaraz con toda probabilidad habría supuesto el empate.

Mucho trabajo tiene Víctor Fernández por delante. El juego mostrado por el equipo en la primera mitad debe servir como modelo de lo que debe ser el sello bético a partir de ahora. Es imposible corregir tantos defectos como tiene el Betis en el poco tiempo que lleva el maño al frente del equipo, pero al menos se comprobó que el Betis empieza a saber a qué juega y eso, tal como están las cosas, es mucho.

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