El domingo decíamos que habría que esperar a las 12 del mediodía para saber si sobre el césped de Anoeta se iba a plantar el Betis indolente que hizo el ridículo en Murcia o la versión mejorada que está ofreciendo en Heliópolis en las últimas fechas. Ya tenemos la respuesta.

Ismael F. Cabeza. Se presentaba un encuentro atractivo en la capital donostiarra. La Real Sociedad se había mostrado como el equipo mejor adaptado a la categoría y de ahí el liderato que ostenta. El Betis, por el contrario, se estaba mostrando irregular y no terminaba de asentarse en los puestos de ascenso. Pues bien, ambos tenían una buena oportunidad de medir fuerzas y del duelo sale claramente reforzado el equipo vasco.

El encuentro comenzó  como se esperaba. La Real al ataque y el Betis esperando que pasara el chaparrón inicial. Un gol bien anulado a los locales supuso el primer punto de inflexión del partido. El Betis logró situarse bien sobre el césped y equilibró las fuerzas.

La Real Sociedad se mostró en todo momento como un líder sólido. Es cierto que el primer gol donostiarra debía haber sido anulado por falta de Bueno a Mehmet Aurelio, aunque no es menos cierto que el turco-brasileño debería haber defendido de verdad y no ser tan blando ante un jugador que no destaca precisamente por su corpulencia. Tras el gol y hasta el fin de la primera mitad el Betis adelantó líneas y dispuso de varias ocasiones que Bravo se encargó de anular.

La segunda mitad comenzó  con varios intentos verdiblancos que no dieron su fruto y muy pronto la Real Sociedad se hizo dueña de la situación, limitándose a defender y salir con acierto a la contra, desarbolando a los de Tapia y acabando con el partido a pocos minutos del final con un buen gol de Xabi Prieto.

El Betis, por su parte, volvió a mostrarse como un equipo que ofrece buen rendimiento ofensivo (pese a no marcar se crearon situaciones de gol) pero que en defensa es un amigo. El nivel defensivo del conjunto verdiblanco es lamentable. Arzu juega con una suficiencia insultante y ficticia, Melli se ha quedado definitivamente en eterna promesa, los laterales ofrecen demasiadas facilidades a los contrarios y de Carlos García, Nano y Rivas ya ni hablamos.

El año acaba para el Betis fuera de los puestos de ascenso y ofreciendo una imagen que no corresponde con un aspirante al ascenso, como viene ocurriendo en cada desplazamiento del equipo. Ganando en casa y perdiendo fuera no se sube a primera.

Habrá que esperar a los refuerzos invernales. El estropicio es grande por culpa de la pésima planificación de Lopera y Momparlet y para equilibrar la plantilla sería necesario fichar al menos dos centrales y un delantero centro. Habrá que seguir confiando en el escaso nivel de la competición para seguir cerca de los tres primeros e intentar encadenar varios buenos resultados al final. Lo ofrecido hasta ahora por el equipo se antoja a todas luces insuficiente para lograr el objetivo.
 
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