Enésimo ridículo del Betis. Su tercera visita a tierras valencianas se saldó, al igual que las otras dos, con derrota y bochorno. Además en esta ocasión con goleada. Que el árbitro es muy malo, sí. Que se le ha perdido el respeto al Betis y es muy fácil expulsarle jugadores y pitarle penaltis, también.

Ismael F. Cabeza. Pero, ¿qué respeto podemos pedir si no nos respetan ni nuestros dirigentes, que son los primeros que tendrían que respetar a un club centenario en lugar de aprovecharse de él para su propio beneficio personal a costa de hundirnos en la más absoluta mediocridad?      

A buen seguro desde el club se estará ya gestando la enésima excusa en forma de lamentos contra la federación o el colectivo arbitral. Tal vez se achaque a la mala suerte. Habrá incluso quien seguirá diciendo que el Betis está cada vez peor por culpa de PNB, de Béticos por el Villamarín, de la Fundación Heliópolis, de Curro Romero, de José Manuel Soto y de todo aquel que no le baile el agua a Lopera.

No nos engañemos. El Betis hubiera perdido con o sin penaltis y con o sin expulsiones. En la primera mitad directamente no saltó al césped del Martínez Valero. El Elche ha hizo y deshizo a su antojo y si no se llegó al descanso con el partido decidido sólo por la falta de acierto del conjunto local.

El primer gol ilicitano fue fiel reflejo de lo que es el Betis hoy en día: Atacante que entra como Pedro por su casa entre tres defensores y que marca con la ayuda de la falta de actitud y de aptitud de los verdiblancos. En el Betis no aparecieron ni los delanteros, que hasta ahora eran los más acertados de la plantilla.

Lamentable imagen en los cuarenta y cinco primeros minutos y en la segunda mitad más de lo mismo. El árbitro se encargó de recordarnos que estamos en segunda y que somos uno más, que del Real Betis Balompié lo único que queda es el nombre (por culpa de ya sabemos quién) y que no nos respetan porque no nos hacemos respetar. Dos penaltis, dos expulsados (Carlos García y Nelson) y de ahí al final el equipo arrastrándose como nos tienen acostumbrados.

Crisis a todos los niveles

El crédito de esta plantilla está más que agotado. El míster tampoco me convence en absoluto y no por su capacidad, sino por estar mostrando una personalidad muy cómoda para Lopera. Es el típico entrenador que le gusta al consejero delegado; no dio en su momento el golpe en la mesa necesario (Marcelino sí lo dio y ya sabemos cómo acabó aquello) y ahora tendrá que apechugar con una plantilla más que descompensada y que no sabe competir.

El Betis, Real Betis Balompié, está sumido en una crisis a todos los niveles a la que a día de hoy no se le ve salida. Institucionalmente cada día se hace más necesaria una intervención. Está claro que Lopera y compañía no van a dimitir y se esperan como agua de Mayo noticias desde el juzgado de instrucción nº6 de Sevilla. Como no se dan por enterados habrá que desalojarlos de la poltrona por la vía judicial.

Una vez conseguido habrá que empezar a reconstruir lo que esta gente se está encargando de destrozar. No sé si habrá que empezar en primera, segunda o segunda B (ojo, el Betis está a día de hoy más cerca del descenso que del ascenso) pero el cambio tiene que ser tan abismal que va a costar sangre, sudor y lágrimas remontar el vuelo.

Los dirigentes del club han dado muestras más que sobradas de falta de aptitud (con “p”) para gestionar adecuadamente al Betis y las consecuencias son las que estamos viendo: Años de mediocridad y una situación insostenible tanto a nivel institucional como deportivo. La afición está harta y se espera una semana movida en el seno verdiblanco. Atentos al próximo encuentro ante la U.D. Las Palmas…

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