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El partido de esta mañana en El Sadar tenía una etiqueta puesta de antemano. La mejoría era la palabra que titulaba un encuentro que escondía las dos caras que iba a mostrar el Real Betis.

La primera mitad, simplemente fue perfecta. Se marcaron todas las pautas para ser un equipo sólido. Se dibujaron todos los movimientos para convertirse en un equipo dinámico. Y se mordió. El Betis marcó una intensidad que es característica de Osasuna en su feudo, pero esta vez la ejercieron los visitantes. En la segunda todo lo bueno se fue. Tres acciones a balón parado tiraron por tierra todo lo bueno que se hizo. Esa fue la cruda realidad

En el anterior encuentro ante el Recreativo, el Betis se adelantaba pronto en el marcador, en el minuto 9. Hasta el 12′ se marchó en esta ocasión para meter el primer gol en una perfecta contra. Matilla desahogaba para Rubén que descargaba el juego en Rennella y emprendía una rápida carrera hacia el área. Álex Martínez subía por la izquierda y el franco-italiano lo veía con claridad y le daba la pelota. El canterano levantaba la cabeza, veía a Rubén y el cabezazo del canario se reflejaba en el luminoso de El Sadar. A diferencia del pasado choque contra los onubenses, quiso más el Betis tras el gol. Primero Molinero y después Rubén, con otro cabezazo, pusieron el miedo en el área rival.

Al Betis le iban las contras. En el 18′, Matilla cedía a Rubén que, tras regatear en el área y no ver a Kadir, disparaba con fuerza pero poco colocado y Santamaría la detenía. Eran los mejores minutos del equipo de Velázquez. Había velocidad y precisión, las salidas eran vertiginosas y llenas de ritmo. Rubén y Ceballos se asociaban en el área, en el ecuador de la primera mitad, pero se marchó alto el tiro del mediocentro. Poco a poco daba la sensación de equipo fuerte, contundente y ágil; y estaba a las puertas del segundo. Aunque Osasuna no se iba a rendir fácilmente y Adán tuvo que emplearse a fondo en un disparo lejano de kodro.

La movilidad de Kadir, jugando libre y cambiándose de banda, le da otro aire a este Betis y arriba hay jugadores muy inteligentes, mucho. Rubén aprovecha cada movimiento de sus compañeros y los espacios que dejan. Matilla leía perfectamente el desmarque del ’24’ que sorteaba al meta y cedía a Rennella que marcaba de tacón. El segundo gol, en el 32′, suponía la mejor expresión del Betis en la primera mitad.

Independientemente de la calidad de este equipo, el cuadro heliopolitano mordió. La confianza de ir por delante en el marcador hacía que se quisiera más. Sin duda alguna, fueron los 45 minutos más intensos del Real Betis en toda la temporada y pudo irse con el tercero al descanso pero Rennella lanzó alto otra buena jugada. Eso sucedió en la primera mitad, porque el Betis, por méritos propios, lo conseguía pero en la segunda todo se iba a perder. La mejor cara daba paso a los nervios y la inseguridad. Lo malo mostraba su carta de presentación y apartaba lo bueno.

Sorprendía Osasuna a balón parado. Gol de estrategia a la salida de un córner con fallo de marca incluido y Nekounan acortaba distancias. Minuto 14′, falta lateral. Flaño se adelantaba a toda la defensa en el primer palo y su cabezazo iba a la escuadra del segundo poniéndola imposible para Adán. Dos acciones a balón parado y todo lo bueno de la primera mitad se iba por la borda. Todo lo escrito anteriormente, con varios párrafos de elogio y mérito sucedía. Con sólo un párrafo se resumen los logros locales. Dos formas diferentes de jugar pero que tienen el mismo resultado, o mejor, si se pierde la concentración en dos instantes, o mejor dicho, en tres.

Hasta el 29′ no volvió a inquietar el Betis la meta de Santamaría con un tiro de N’Diaye. El senegalés salía por Lolo tras el segundo al igual que Chuli que hacía lo propio por Rennella. Pasaron los minutos y nada destacable ocurrió. Pero entonces llegó el minuto 40. De nuevo un balón parado. Adán, que tanta seguridad había dado a los suyos en el juego aéreo, despejó mal y Onwu hizo el tercero.

Todo se fue al traste. Todo se tiró por la borda en sólo tres jugadas. De nada sirvió ver al mejor Betis de la temporada en la primera mitad. Sólo en tres llegadas Osasuna remontó un partido que el Betis lo tenía controlado. El Betis ganó, en la primera parte, y perdió el partido, en la segunda.