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El preparador argentino se ha despedido este martes del conjunto verdiblanco después de cuatro meses con altibajos al frente del equipo, donde no ha podido evitar la debacle anunciada desde los inicios de la temporada.

“Ha sido un honor entrenar al Betis, mi equipo. Me voy triste, por no haber dado alegrías a la afición y decepcionado por no haber conseguido el objetivo que me había propuesto. Y agradecido a la afición del Betis, que siempre ha estado conmigo. Agradezco el recibimiento que me dio toda la gente en el club. Es lógico que no continúe, porque el club necesita tomar otros rumbos. Espero y deseo que el Betis consiga la unidad de todos porque así logrará volver a Primera división, que es donde esta afición se merece disfrutar con su club”, ha afirmado Calderón.

Además de explicar los sentimientos encontrados tras abandonar el club, el técnico ha asumido errores erigiéndose como “el máximo responsable de no haber logrado la remontada. Siempre he creído en el trabajo de equipo y agradezco a los estamentos del club su confianza”, ha señalado aunque no obstante, ha asegurado que se marcha con la conciencia tranquila. “En el fútbol siempre, en los partidos, según el resultado, se piensa si podría haber hecho otras cosas. Yo tengo la tranquilidad de haber hecho lo máximo. Estoy contento con la calidad de trabajo, no con los resultados».

Calderón también ha desvelado que tiene “contactos avanzados en tres países diferentes” para entrenar en el futuro. Mientras tanto, en los últimos días ha colaborado con el nuevo secretario técnico para la confección de la plantilla de la temporada que viene. “Ya le pasé informes a Alexis para mejorar la plantilla. Estoy a disposición de Alexis para lo que quiere. La plantilla no es tan mala. Tenía confianza en hacer algo. Tengo claro qué mejoraría, pero no haría un cambio radical de todo. Yo he dado mi opinión sobre algunos jugadores y sugería como en el caso de Amaya, que recomendé que se renovará, pero no entré en las condiciones económicas».

Asimismo, ha hecho un repaso de sus mejores y peores momentos en el banquillo verdiblanco. “Me quedo con que vine en la situación que vine y que he estado luchando y dando la vida aquí dentro. Me he ido luchando, lo he sufrido. No me arrepiento de nada. La confirmación del descenso a Segunda fue lo peor, los otros momentos fueron decepciones. También la alegría que le dimos con el Sevilla aunque luego se la quitamos. Y hacerlo con una afición que quiero tanto me duele mucho».

Antes de marcharse, el entrenador bético tendrá que dirigir tres partidos amistosos esta semana ante el Arcos, el Antoniano y el Ronda pero en su despedida ante los medios ha dejado un consejo a seguir en el futuro por el Betis: “A este club le falta unión. Tenemos que seguir el ejemplo de la afición y dejar de lado los intereses personales”, ha aseverado.

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