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El colegiado Gil Manzano se erigió en protagonista del partido al pitar un penalti al Athletic y no señalar uno a Rubén Castro. La suerte, definitivamente, se ha alejado del Betis y la hazaña se convierte en casi un imposible.

Ni mucho menos el Real Betis ha realizado el mejor partido o ha mostrado el mejor juego de la temporada. Tampoco tuvo las ocasiones más claras. Ni siquiera es culpable el colegiado de la derrota, pero sí cómplice, y mucho. El partido estaba igualado, el Athletic tenía las ocasiones y el balón pero el conjunto de Calderón estaba en la pelea, en la lucha, se mantenía vivo y disputaba el choque. Pero llegó el minuto 30 y el perjudicado fue el equipo de casa.

Corría la banda Rubén Castro, el canario recortó con habilidad a Balenziaga dentro del área y el defensa lo derribaba de forma clara para todo el mundo en el Estadio menos para uno. Gil Manzano se dirigió hacia el delantero mostrándole tarjeta amarilla por tirarse. Rubén no daba crédito a lo que veía pero las desgracias no se paraban ahí. En la siguiente jugada, Kike Sola emprendía la carrera y antes de entrar en el área caía supuestamente derribado por Perquis. De haber contacto, aunque sea leve, la jugada se produce fuera del área y por tanto no sería penalti tal y como señaló Gil Manzano.

En dos minutos se le iba el partido al conjunto verdiblanco fruto de las decisiones arbitrales. Las protestas se sucedieron y además de Perquis, por hacer la falta, Lolo Reyes vio la tarjeta amarilla. Muniaín marcó y el Betis vivió en un estado de nervios comprensible, Perquis el que más. El central no consiguió olvidar la jugada y se fue del partido. En el minuto 40 realizó una dura entrada y Gil Manzano lo expulsó sacándole su segunda amarilla. Ahí se acababan muchas esperanzas de conseguir un resultado positivo, una victoria que es lo que necesita este equipo.

El Betis lo intentaban tras la locura en la que se había convertido el partido. De la mano de Rubén Castro, el cuadro heliopolitano vivía en ataque. Primero servía un pase en profundidad a Cedrick que el congoleño no aprovechaba y posteriormente, centraba desde la banda pero su centro no era rematado por Cedrick y el disparo de Salva se iba a saque de esquina tras dar en San José. Tal era el despropósito del colegiado que el descanso lo pitó incluso antes de que terminara el tiempo.

En la segunda parte Jordi salió por Baptistao y Calderón reestructuró el equipo. El Betis salió con ímpetu, con muchas ganas, sin pensar que iba detrás en el marcador y que iba en inferioridad numérica. Cedrick pudo acortar distancias pero Iraizoz detuvo bien el tiro del extremo. Pero el buen inicio fue sólo un espejismo, el tiempo tardó Gil Manzano en expulsar a Lolo al mostrarle su segunda amarilla por unas presuntas manos en el centro del campo. Pero la actuación del colegiado no se iba a quedar ahí, habría más. Con dos jugadores menos el Betis lo seguía intentando. No le daba para llevar un juego organizado pero sí creaba peligro con el balón parado y fue cuando de nuevo Gil Manzano se tornó en protagonista.

Minuto 20. Salva sacaba un córner que Jordi peinaba y Rubén, en el segundo palo, remataba. La pelota cogía portería pero era cortada por un defensa visitante con la mano y Gil Manzano indicaba córner. Tremenda la acción que se tragaba el trencilla. Los jugadores verdiblancos se vaciaron en protestas y con el paso de los minutos las fuerzas menguaron. Ya sólo restaba aguantar porque el físico no le daba para más tras el esfuerzo y dos jugadores menos, y el gol de Guillermo en el 35′ sólo hacia adelantar un final que ya se veía en el horizonte. Muy pronto se le fue el partido al cuadro de Calderón, en el minuto 30 de la primera mitad, y en esta ocasión los errores fueron de un colegiado que no estuvo acertado en ningún momento de los 90 minutos.

Crónica facilitada por el Real Betis Balompié

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