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Rubén Castro ha negado en su declaración de este martes que agrediera sexualmente a su exnovia, tal como se le ha imputado tras la denuncia, asegurando que en ningún caso mantuvo relaciones con ella.

Para esclarecer los hechos, el juez ha citado como testigos a los empleados del hotel donde pasaron la noche y a varias personas que divisaron al acusado y la denunciante en la discoteca. Para añadir credibilidad a la negación de la violación, Castro aseguró que se quedo dormido nada más llegar al hotel.

Según agencias, el juez encargado de la causa va a incorporar a la misma las grabaciones de las cuatro cámaras de seguridad del hotel, donde podría verse a la exnovia de Rubén saludando a los recepcionistas a la llegada, y como sale del recinto para luego volver a entrar acompañada de una niña de cinco años, la que podría ser su hija y con quien permaneción en el hotel hasta las 14:30 horas.

Tales declaraciones y pruebas son consecuencia de la “confusión y contradicciones sobre lo ocurrido” que señalan las fuentes judiciales. A través de ellas se intentará esclarecer si verdaderamente existen los delitos de lesiones y agresión sexual, según el cual podría pasar en prisión entre 6 y 12 años.

La escasa consistencia de los indicios de agresión sexual y las contradicciones entre el jugador y exnovia propiciaron que Rubén Castro eludiera la habitual prisión preventiva, que se suele decretar para este tipo de casos. No obstante, las pruebas que el forense realizó a la denunciante determinaron la existencia de lesiones en la cara y el cuello de la mujer, aunque nada se sabe sobre lesiones sexuales.

La denunciante informó en su declaración que la primera agresión se produjo en la noche del domingo en una conocida discoteca de la Avenida de La Palmera, justo cuando la joven accedió a la zona donde se encontraban varios jugadores del Betis y comenzó una discusión con Rubén Castro que continúo en las puertas de la terraza, donde acabron produciéndose las supuestas agresiones.

En cambio, Rubén Castro desmintió toda la declaración de la joven. El delantero del Betis negó haber pegado a su exnovia, sino que fue la mujer quien le golpeó a él, descartando además que la forzara para acompañarlo. Según el jugador, la mujer estaba esperando en la puerta de la discoteca al volante de su coche, tras lo cual lo dejó en la puerta del hotel, y tras aparcar subió a la habitación que el jugador había reservado.

Según esgrimió en su declaración, la denunciante acompañó al hotel a Rubén Castro porque interpretó en él signos de arrepentimiento después de golpearla, y porque no quería que su padre se percatara de las agresiones. Pero la situación empeoró, según explica la mujer, pues el futbolista la arrastró por el pelo para que entrara en la habitación y que huyó cuando el futbolista se durmió.

Las mismas fuentes añaden que el jugador llamó a la Policía un mes atrás reclamando ayuda para conseguir que su exnovia saliera abandonara su casa.

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