Nunca ha sido un secreto que los días de Beñat en el Betis tuviesen fecha de caducidad. Lo que también es cierto es que nunca hubo coherencia en la postura oficial con diversas posturas en torno el asunto.

Con el paso del tiempo, las declaraciones de unos y otros van encaminadas a asumir con naturalidad la venta del vasco en el próximo verano. En los micrófonos de Onda Cero, el presidente del Betis, Miguel Guillén desveló lo complicado que resultará la continuidad de Beñat, y que su futuro estará, a buen seguro, lejos de la entidad que dirige: «La cotización de Beñat se ha disparado y nuestra situación económica no es la mejor para afrontar su renovación; somos realistas».

No es una preocupación para Guillén el claro descenso en el rendimiento del de Igorre durante esta temporada, pues está seguro de su calidad, lo que lo convertirá en una pieza codiciada durante el próximo verano: «Beñat va a tener novias, clubes dispuestos a hacer un desembolso importante. El jugador no es una máquina industrial, su rendimiento puede ser peor a veces, pero el que se fija en él lo hace en los dos años que lleva y en los que le quedan por delante, no en los últimos partidos».

No existió palabra alguna en el discurso del presidente verdiblanco que otorgue motivos para creer en la continuidad de la estrella bética, para quien ni siquiera una clasificación europea significaría una renovación: “Aunque cumpliésemos ese sueño, no podríamos volvernos locos. Plantearíamos nuestras posibilidades pero dentro de un marco muy realista, siempre considerando la situación económica del club para que, como ya ha ocurrido otras veces, los béticos no tengan que pagar errores».

No obstante, Miguel Guillén justifica en todo momento, la decisión de no vender a Beñat, durante este verano, cuando el precio del vasco probablemente habría sido más caro. Fue la viabilidad del “proyecto deportivo”, la que motivó su continuidad, con el objetivo de no descomponerlo, ya que en caso de descenso el Betis podría haber dejado de ingresar “unos 35 millones de euros”. “Por eso entendimos que lo mejor era que siguiera con nosotros, además de que parte de lo ingresado sería para pagar a los acreedores y, al obtener beneficios, habríamos tenido también que pagar impuestos». subrayó Miguel Guillén.

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