Para Pepe Mel es un privilegio entrenar al "club de su vida" / Agencias

En una extensa entrevista con los medios de la entidad con motivo de su 50 cumpleaños, Pepe Mel repasó su trayectoria como profesional, como jugador y entrenador, y se atrevió a desgranar los sueños que desea para el Villamarín.

“Mi sueño es poder jugar en Europa con el Betis siendo entrenador”, afirmó Pese a sorprender en una entrevista a Estadio Deportivo donde señaló que su “ciclo terminará pronto”, el míster verdiblanco habló del futuro de una entidad en continua progresión, un futuro en el que la palabra Europa debe dejar de ser tabú.

Pepe Mel:

Jamás pude jugar en el Real Madrid porque había un muro delante de mí. No quiero que haya puertas cerradas ni muros que los chavales sean incapaces de saltar.

“Sería maravilloso, sobre todo estar en Europa. Lo de los títulos aún nos pilla un pelín pronto. El club va a seguir dando pasos y avanzando hacia adelante. Depende que sigamos haciendo las cosas bien para poder optar a grandes cosas. El futuro que se vislumbra para todo aquel que no se organice bien, es oscuro. El Betis se está curando desde hace 3 años y eso nos va a permitir llegar sanos a ese futuro”. De hecho, el técnico madrileño dejó una frase de la que se deduce su futuro verdiblanco. Lo hace cuando repasa su difícil camino como entrenador, una trayectoria donde dice, “nadie le ha regalado nada”.

“Llevo entrenando 13 años. Llegué pronto a Primera División, me fue mal y me ha costado volver. Gracias a Dios he vuelvo con el club de mi vida. Si soy capaz de seguir entrenando a este equipo y estar en Europa sí que seré feliz”. Asimismo, destiló algunas de sus claves como entrenador, donde el compromiso con la cantera juega un papel fundamental, algo en lo que influyó sobremanera su experiencia como jugador, donde como canterano madridista, nunca tuvo oportunidades reales de asaltar el primer equipo: “Jamás pude jugar en el Real Madrid porque había un muro delante de mí. No quiero que haya puertas cerradas ni muros que los chavales sean incapaces de saltar. Lo tengo muy presente cada vez que veo a un chico del B y veo que tiene cosas para subir a la primera plantilla. Todas las decisiones que tomamos en verano es favoreciendo la llegada o la futura llegada de gente de abajo. De momento eso está ayudando al Betis”.

El preparador verdiblanco señaló la responsabilidad que deben adquirir futbolistas y entrenadores en esta sociedad, con la obligación de actuar como “una guía ante la gente joven”. Además hizo autrocrítica sobre algunas declaraciones que le han causado demasiados quebraderos de cabeza. “Tengo un pronto malo, en el que cometo muchas equivocaciones. A veces digo cosas que no siento y luego me arrepiento durante mucho tiempo. En el cómputo global, soy una persona normal, que ha tenido la suerte de estar en un sitio importante para él en la vida, que es el Betis. Quiero que me vean como una persona normal con una suerte que otros no han tenido”, explicó.

Las palabras de Mel desprenden la felicidad por entrenar al “club de su vida”, todo un “privilegio” por el que se siente en deuda con una hinchada de la que se muestra orgulloso. “La afición del Betis es humilde, muy generosa. Tenemos la obligación de devolverles la alegría que ellos no tienen en otras casos”, subrayó.

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