Cajasol ha asaltado Vistalegre/cbsevilla

Cajasol ha vencido a domicilio al Real Madrid, gracias a un planteamiento del partido superior al blanco. Joan Plaza ha sabido en cada momento que hacer, dejando cariacontecido a un Ettore Messina que se vio desbordado de principio a fin. La fuerte defensa cajista, así como los ataques pausados y con la filosofía de un pase más, han sido las señas de un Cajasol que se ha anotado el primer round de esta serie al mejor de tres partidos.

José Luis Sosa. Volvía a la post-temporada tras una década de sin sabores veraniegos. Y volvía con ganas. Cajasol ha sumado la primera victoria de la eliminatoria, dejándola de cara para poder pasar a semifinales. El partido estuvo dominado de principio a fin por los cajistas, que impusieron su ritmo lento y cansino, en el que una vez más Tariq Kirksay fue el mejor cajista con 28 de valoración.

Pronto comenzó Cajasol a mostrar cartas guardadas durante toda la temporada. Como la defensa en zona, poco usada este año en liga regular, y la cual era carta de presentación de la defensa cajista. Una zona par, con Calloway y Ellis en primera línea y Kirksay, Triguero y Savanovic en la segunda.

Sin embargo Cajasol no fue respetado por los colegiados desde el inicio. Lo que en la zona blanca era ‘contacto’ o ‘defensa intensa’, en la sevillana era castigado con faltas una y otra vez. Así Calloway primero, Miso después y Triguero más tarde, terminarían el primer cuarto con dos faltas en su casillero.

La puesta en escena no podía diferir más de la que Cajasol mostró en su última visita a Madrid. Joan Plaza había conseguido que sus hombres compitieran, a pesar de la gran desventaja de altura de los pivots sevillanos con respecto a Ante Tomic (amo y señor de ambas zonas en los primeros compases). Además, las ayudas blancas en primera línea de pase trababan los ataques cajistas y permitían que los exteriores madrileños corrieran una y otra vez. Con todo 16-14 en el primer acto.

Tras los primeros diez minutos Cajasol seguía buscando las mejores opciones en ataque, sin ningún tipo de prisa, intentando buscar el tiro adecuado, aunque para ello necesitara un pase extra.

Con Ettore Messina planteando los ataques a la defensa zonal de Joan Plaza, el técnico catalán decidió dar una vuelta de tuerca y presionar la subida de balón blanca. El italiano se empezaba a ver atrapado en el correcto planteamiento del catalán; más cuando los tiempos muertos solicitados para idear ataques o sistemas contra esa defensa, traían consigo un cambio de defensa cajista. Del 1-0 de Joan Plaza al 2-0. El técnico catalán controlaba la situación.

Y en estas, mostró una nueva carta. Durante la temporada se habló de la posibilidad de que el francés Kirksay jugara minutos como base. Pero nunca sucedió. Hoy fue él quien subió el balón y, o bien se lo entregaba mano a mano a Miso, o bien organizaba él mismo el ataque.

El problema seguía siendo la debilidad a la hora de cerrar el rebote. Los madrileños tenían la oportunidad de anotar tras dos o tres intentos por ataque. Y eso les permitía seguir al frente del marcador una vez terminada la primera parte (34-31)

La salida de las duchas trajo consigo el peor momento cajista, pues la máxima diferencia blanca se aumentó a la docena tras varios fallos en el tiro o en el pase (41-33). Para los jugadores cajistas nada había cambiado. El partido debía seguir igual, y un parcial de 0-8 a favor de Cajasol, los metió de nuevo en el partido.

Esta vez, apareció un nuevo actor: Iván Radenovic. El ’55’ cajista se fajó con las torres blancas y consiguió canastas de mérito y ayudó a cerrar el rebote. El serbio ayudaría a su compatriota Dusko Savanovic para anotar con fluidez. Sólo hay que ver la estadística: 16 puntos entre ambos y 22 del global cajista, para colocar a la escuadra andaluza por delante a la espera de un último cuarto que sería trepidante (51-53).

Y lo que fue emocionante, más que el cuarto, fue la garra cajista. La defensa sevillana, la seña de identidad de toda la temporada, estaba acercándoles a la victoria. Y Vistalegre se ponía nerviosa y centraría sus pitos y protestas en sus jugadores, tras desahogarse en el cuarto anterior con los árbitros.

Quedaban cinco minutos, y los nervios y la ansiedad se trasladaron de la grada al parqué. El cuadro madridista se precipitaba en sus ataques, con ataques poco elaborados y tiros precipitados. ¿Consecuencia? Los primeros puntos del Real Madrid llegan cuando faltan 3:45 para el final del partido, y serían desde el tiro libre. La primera canasta en juego sería de Llull y subirá al marcador cuando el reloj marcaba 1:02 para el final, tras conseguir el cuadro sevillano la mayor ventaja del partido (54-66).

La frustración blanca tras perder el primer partido de la serie trajo consigo un último arranque madrileño. Pero no pudo ser. Punto para Cajasol, quién el sábado tiene un match-ball a su favor, en su pista.

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