El líder de CCOO en Andalucía considera que las pitadas podrían deberse a que «algún trabajador público se sintió alentado por algún impulso electoralista de algún partido de la oposición».
Sevilla Actualidad. El secretario general de CCOO en Andalucía, ha reaccionado a las pitadas recibidas el pasado viernes ante la firma del acuerdo entre este sindicato y UGT con la consejera de Hacienda y Administración, Carmen Martínez Aguayo, para modificar el Decreto-Ley de reordenación del sector público de la Junta.
Carbonero considera que las pitadas recibidas por trabajadores de Torretriana «no fueron muy significativas», y que podrían ser de trabajadores del sector público alentados por impulsos electoralistas. Asimismo, ha apostillado que CCOO y UGT tienen «por certificado de la Junta de Andalucía» el 75 por ciento de la representación sindical en la mesa general, contando con la «inmensa mayoría» en el sector público de la comunidad.
Además, ha asegurado que los sindicatos de clase «van a seguir peleando» por los intereses de los trabajadores, y ha reconocido que el Gobierno andaluz «ha rectificado en lo que había hecho mal». Según Carbonero, con este acuerdo «se da estabilidad y se respetan las condiciones de trabajo de todas las empresas públicas de Andalucía».
El polémico acuerdo pone fin a las discrepancias entre los sindicatos mayoritarios y la Junta, pero no apacigua la crispación de muchos funcionarios hacia CCOO y UGT. Entre los abucheos recibidos, «sinvergüenzas, no nos representáis«. Incluso fue necesaria escolta policial.
La Junta considera que el acuerdo con CCOO y UGT mejora el decreto
La consejera de la Presidencia, Mar Moreno, ha asegurado que el acuerdo alcanzado con CCOO y UGT elimina muchas incertidumbres del personal funcionariado y que el Gobierno andaluz hablará con otros sindicatos. Ha aclarado además que están en un proceso de aclaración, de mejora del decreto y de información que ha empezado con la firma del acuerdo con los dos sindicatos.
Según la consejera, el decreto es «valiente, pionero y muy importante», y es razonable que los trabajadores afectados «tengan dudas, incertidumbres y preocupaciones».