El próximo 28 de febrero de 2010 se cumplen treinta años de una fecha clave que marcó el rumbo del devenir histórico de Andalucía. Ese día, millones de andaluces y andaluzas iniciaron la conquista de su propio destino, expresaron su firme voluntad de asumir el autogobierno de su Comunidad y rechazaron la senda que otros le habían trazado. Fue un movimiento social sin precedentes en nuestra historia, que de forma pacífica alcanzó metas hasta entonces inimaginables. Aquel esfuerzo dio paso al primer Estatuto de Autonomía, una valiosa herramienta de progreso en beneficio de los andaluces y las andaluzas. En esta nueva etapa, vinculada al Estatuto de 2007, Andalucía amplía su poder de decisión con más derechos sociales, más competencias y más capacidad para gestionar sus recursos.

El Consejo de Gobierno quiere recordar el éxito colectivo de aquel momento, que supuso un gran avance para Andalucía. Igualmente, cuando se cumple este trigésimo aniversario, quiere subrayar como algo singular la rapidez con que ha tenido lugar este proceso de cambio y modernización, que nos ha colocado en poco tiempo tan lejos de la Andalucía subdesarrollada de ayer como cerca de la Europa de hoy. Todas aquellas personas -algunas no estarán hoy entre nosotros- difícilmente podrían imaginar que la Comunidad alcanzase las cotas de bienestar social y económico y recuperación de la autoestima que tiene en la actualidad.

Las generaciones más jóvenes deben reconocer la confianza en Andalucía de aque-llos protagonistas, gracias a cuyo esfuerzo pueden hoy vivir en una tierra mejor. Una Andalucía con más servicios y prestaciones públicas; con mejores equipamientos y comunicaciones; con mayor potencialidad económica tanto en sectores tradicionales como innovadores, en algunos de los cuales somos líderes internacionales; con mayor nivel de formación; con un medio ambiente más protegido y ordenado. Una Andalucía, en suma, social y territorialmente cohesionada.

Nadie discute estos avances, pero nuestra atención tiene que estar preferentemen-te en los problemas derivados de la crisis financiera internacional, que nos está afectando con especial incidencia en el desempleo. Ante ello, el Gobierno andaluz manifiesta que su prioridad absoluta es seguir trabajando para superar cuanto antes y en las mejores condiciones los efectos de esta crisis, y reitera su más firme compromiso con las personas que en estos momentos atraviesan una situación difícil por este motivo.

No obstante, el Gobierno andaluz entiende que la preocupación por la actual coyuntura económica no debe impedir atender a otros objetivos de plazo más largo, no menos importantes para afrontar el futuro. Objetivos dirigidos a dar continuidad a la modernización y propiciar un crecimiento sostenible que amplíe los logros alcanzados. Sostenibilidad en Andalucía, debe significar, entre otras cosas, hacer mejor lo que ya hacemos bien en un marco donde la inversión destinada a educación, innovación, apertura a nuevos mercados y desarrollo de nuevos productos y servicios competitivos, constituya la clave que incline la balanza hacia el éxito.

Este es el gran desafío. Para afrontarlo hay que mantener el esfuerzo para seguir asentando las bases de estabilidad política, diálogo social, apoyo al tejido empresarial e igualdad de oportunidades. El resto es cambio: hacer mejor, emprender más, diversificar, recualificar, investigar, innovar. Frente a quienes ven en cada reforma algo infructuoso o peligroso, independientemente de su calado o del ámbito en que opere, la historia de Andalucía refleja que no hay avance posible sin acometer cambios y transformaciones, porque son consustanciales al progreso.

En esta nueva etapa hay que tener presente que las oportunidades van indisolublemente ligadas a los retos, cada vez más complejos, que exige una sociedad globalizada e interconectada. La posición de Andalucía es ventajosa porque hemos demostrado plena capacidad para afrontarlos, hemos superado ampliamente prejuicios injustos hacia nosotros y, sobre todo, porque Andalucía dispone de un gran activo formado por sus jóvenes repletos de energía, iniciativa y creatividad, llamados a protagonizar un nuevo impulso.

El 28 de febrero es un día para hacer este doble ejercicio de retrospectiva pero al mismo tiempo de mirada hacia el futuro. Un día para reafirmar nuestra confianza en el porvenir sobre la sólida base de lo conseguido hasta ahora y para reafirmar nuestro compromiso con el progreso y la igualdad de oportunidades.

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...