Ayer se desplazó hasta el aeropuerto de Lanzarote una delegación de Andalucía para acompañar a Aminetu Haidar, la saharaui que permanece en huelga de hambre en protesta por su situación. La ‘Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla’ que defiende la causa, se queja de una mala gestión del Ejecutivo español.

Sevilla Actualidad. Aminetu Haidar, una de las principales activistas saharahuis y defensora de los Derechos Humanos, llegó el pasado sábado a Lanzarote para volar a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental y de donde Marruecos la había expulsado ese mismo día.

 

Las compañías aéreas, a pesar de que tanto ella como su abogada afirman que tenía un pasaporte marroquí, rehusaron a venderle un billete. Además, la policía le denegó la salida del país por no tener visado.

Como medida de presión para que el Estado español la deje volver a su país para reencontrarse con su madre y sus dos hijos, de 13 y 15 años, inició el lunes una huelga de hambre ilimitada en la terminal canaria.

Para apoyar a Aminetu Haidar en su lucha, desde Andalucía ha viajado una delegación compuesta por siete personas de diversas instituciones y asociaciones.

Los próximos días volarán a la isla delegaciones de otras comunidades autónomas para interesarse por el estado de salud de Haidar, entre las que están las de Madrid (jueves 26), Comunidad Valenciana (viernes 27), Castilla La Mancha (sábado 28), Asturias (lunes 30), Galicia (martes 1 de diciembre) o Cataluña (miércoles 2 de diciembre). Representantes de las Baleares y de Aragón se desplazaron el 16 y 17 de noviembre a El Aaiún, para comprobar la situación de la población saharahui que vive en esos territorios.

Además, la Coordinadora Estatal de Asociaciones de Amistad y Solidaridad con el Pueblo Saharaui (CEAS) está promoviendo la movilización social, en un esfuerzo por salvar la vida de la defensora de Derechos Humanos Aminetu Haidar, que ayer declaró: «Moriré en el aeropuerto, quiero regresar a mi casa y no me movilizaré hasta conseguirlo. Si me tengo que quedar aquí, puede que sea para siempre.”

La activista, que es reconocida por su lucha pacífica y que ha sido premiada en varias ocasiones por su defensa de la libertad de expresión y la autodeterminación de su pueblo, ya está padeciendo problemas de salud, que además pueden agravarse.

Para las asociaciones pro-Sáhara, “el hecho de ofrecerle el estatus de refugiada, contra sus deseos de obtenerlo y teniendo en cuenta que posee un permiso de residencia en España por motivos humanitarios, no deja de ser una forma de retenerla en España (sin pasaporte no podría salir del territorio español) y evitar su presencia y su vida junto a los suyos, en el Sáhara Occidental.”

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