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El 42,3% de las personas en Andalucía está en riesgo de pobreza y exclusión social. En la población infantil, el porcentaje aumenta hasta el 51,1%. La Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza insiste en la necesidad de un plan de choque para combatir la pobreza en Andalucía.

Andalucía, la comunidad autónoma más poblada de España presenta un peculiar mapa de la distribución de la riqueza, un lastre histórico que lleva arrastrando demasiado tiempo y que no ofrece, al menos a corto plazo, un futuro muy halagüeño para la economía andaluza, según los últimos datos que ofrece la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, este 17 de octubre.

Según el último informe de EAPN, el 42,3% de las personas en Andalucía vive en el círculo de la pobreza (3.554.175 personas), aumentando cuatro puntos respecto a los datos de 2013, según el Índice Arope. De este modo, Andalucía es la tercera Comunidad Autonómica con el índice más alto de pobreza (42,3%), encabezando la lista Ceuta (47,9%) seguida de Murcia (44,9%); cuando la tasa en España se sitúa en el 29,2%.

Destaca que el 9,5% de los hogares andaluces padecen privación material severa. De estos, el 24,3% de los hogares tienen mucha dificultad para llegar a fin de mes en Andalucía, frente al 16,1% de la tasa nacional. El 59,5% no pueden permitirse irse de vacaciones al menos una semana al año y el 58,3% no pueden afrontar gastos imprevistos.

La situación se agrava en la población infantil andaluza. El 51,1% de los menores andaluces de 17 años están en riesgo de pobreza y exclusión, experimentando un aumento de cerca de seis puntos con respecto al 2013. De estos, el 10,1% viven en hogares con carencia material severa, según datos recogidos de la Encuesta de Condiciones de Vida.

España ocupa uno de los últimos puestos en el ranking de países más desiguales de la Unión Europea. Y Andalucía se sitúa como una de las peores regiones de Europa en términos de desempleo con una tasa superior al 30,9%.

El último informe presentado por la organización cumple ahora 10 años “ofreciendo resultados cada vez peores”, en palabras de su director Manuel Sánchez Montero. Las ocho provincias suman más de tres millones y medio de parados, casi la mitad de toda la población andaluza, pero Sánchez aún ve la luz al final del túnel: “Me niego a pensar que padecemos pobreza crónica, sería humillante para Andalucía, esto se puede solucionar si se quiere”.

Aunque la supuesta mejoría actual es “completamente irreal”, hay fondos y herramientas para paliar el hecho de que el 42% de los andaluces vivan en el círculo de la pobreza. “Como siempre, falta voluntad política. El foco de interés sigue puesto en la macroeconomía y no en salvar a las personas. El cambio vendrá cuando se aplique un plan de choque para aliviar a las familias”, explica Sánchez.

Frente a las críticas, Sánchez toma como ejemplo comunidades como el País Vasco o Navarra, donde sí se han aplicado estos programas de rentas mínimas y “curiosamente, son las regiones que menos paro registran en España”.  

Si esta realidad es común a toda la sociedad andaluza, las alarmas se disparan cuando los números hablan de los miembros más pequeños en las familias, como ha destacado el último informe del Comité Andaluz de UNICEF. Maribel Martínez, coordinadora de este organismo en Andalucía puntualiza que pobreza no es siempre sinónimo de miseria.

Al menos no tiene por qué serlo en el contexto español, donde muchas familias, sufren carencias básicas, que se traducen en sentimientos de frustración y vergüenza, reflejado directamente en los más pequeños, “que arrastran un estigma para toda la vida”. “Estamos poniendo en peligro generaciones enteras y no se hace nada para pararlo”, según la coordinadora del Comité Andaluz de UNICEF, Maribel Martínez.

UNICEF pretende tener incidencia política directa, y en ello trabajan activamente. Su objetivo son los gobiernos autonómicos, y las administraciones locales, en cuya agenda se cuelan para ofrecer herramientas que distribuyan entre las familias vecinas. En este sentido, ya han presentado al Parlamento Andaluz un informe con diferentes propuestas con las que se busca no solo acatar situaciones concretas de intervención urgente sino que plantean medidas de prevención. Una cuestión en la que coincide con la EAPN- Andalucía, cuyo director ha reclamado “medidas urgentes de protección”.

Para llamar la atención de la sociedad en su conjunto, la Red ha puesto en marcha la campaña #17deOctubreRadiografía que incluye la presentación del documental ’17 de octubre, que con la participación de expertos y técnicos, aborda el problema de la pobreza en España desde distintas perspectivas, y que se podrá ver en todas las provincias de Andalucía a excepción de Jaén. www.17deoctubre.eapn-andalucia.org

Desde UNICEF, su coordinadora regional incide especialmente en la importancia de una educación inclusiva y de medidas estructurales que luchen contra el problema desde su raíz. “De otro modo”- explica Maribel Martínez- “en dos o tres años se volverán a dar las mismas situaciones dramáticas de pobreza sin haber avanzado lo más mínimo”.

Pobreza no es miseria

Y es que, quienes saben bien de esta exclusión continuada en el tiempo son algunos colectivos sociales que parecen sufrir aún más una situación de la que tratan de salir poco a poco. La discriminación por cuestiones étnicas o religiosas supone un agravante que impide el desarrollo profesional y social de quienes la sufren y de ella habla también este documental.

Inmigrantes cuya primera pregunta en una entrevista de trabajo es si tienen los papeles en regla o mujeres de etnia gitana, que sufren una doble discriminación, y que ahora celebran poder participar en cursos de inserción laboral. Aunque las dificultades son grandes, lo cierto es que la sensación común de los participantes en el video, y de personas que se nutren de las ayudas de la EAPN-Andalucía, es de esperanza. Es el caso de Paul, extranjero residente en Sevilla capital, que destaca, más allá de ciertas dificultades, que los sevillanos “tratan bastante bien a la población inmigrante”.

Centro neurálgico de esta convivencia diaria con diferentes colectivos es la localidad de Utrera, que siempre aparece en estudios poblacionales como paradigma de la inclusión. A 25 kilómetros de Sevilla, en sus poco más de 50.000 vecinos residen 66 nacionalidades, entre las que destacan los procedentes de Rumanía (240), Marruecos (185) y China (84). En total, unos 1.500 extranjeros, que conviven “en un ambiente de normalidad y cordialidad en la mayoría de los casos”, según fuentes del gobierno local.

Con el esfuerzo y trabajo de todos los colectivos, pero sobre todo con la presión a quienes deben ejercer una correcta distribución de los recursos, en general la sensación de quienes trabajan directamente para revertir esta situación es que queda mucho por cambiar, pero se puede conseguir.

De hecho, para Manuel Sánchez, es “indignante” pensar que las familias andaluzas están condenadas. “No es lógico que un 10% de la población maneje el 90% de los recursos, hay que seguir presionando a la Administración para que implante planes de ayuda directos a los núcleos familiares”, ha manifestado.

Y, para ello, es necesario sentar unas bases sólidas para el futuro. De nuevo, los niños. “Es muy duro para una madre no poder darle ciertas cosas a sus hijos”, destacaba Soraya, una de las entrevistadas para el proyecto audiovisual”.  También Antonio, otro participante, asegura: “Cuando hay problemas en las familias, quienes más sufren son los niños, que son los más inocentes, ellos son el futuro”.

Tanto desde EAPN- Andalucía como UNICEF, aunque les gustaría que no hubiera más 17 de octubres en los que conmemorar el Día para la Erradicación de la Pobreza, destacan la importancia de esta celebración amarga por la futura relevancia que puede y debe tener.

“El problema es que no se pone la atención necesaria en los menores y no somos conscientes de que los niños pobres de hoy en España no van a poder ser adultos productivos mañana”, concluye Maribel Martínez desde UNICEF.