Los marmolistas no se salvan de la crisis y cada vez reciben menos trabajos para esculpir y serigrafiar lápidas, tumbas o mausoleos. Cuando antes se vendían cien lápidas, hoy la cifra no supera las cuarenta. Lo que parece evidente es que el sector, se muere.

“Tus dueños no te olvidan”

Sevilla Actualidad. La crisis también está pasando factura a los marmolistas, que cada vez esculpen y serigrafían menos lápidas, tumbas y mausoleos en una actividad en la que los nuevos métodos como el vinilo o el láser se van imponiendo además a la tradición de cincelar a mano el mármol o el granito.

Así lo manifiesta Rafael Jiménez, dueño de un taller ubicado en la carretera que enlaza Loja, en Granada, con Priego de Córdoba y uno de los pocos marmolistas de la zona que aún sigue trabajando a mano el mármol y el granito.

Si hace dos años por estas fechas había vendido más de cien lápidas, ahora no llega «ni a las cuarenta», según este marmolista lojeño, que cuando pase la festividad volverá a sus arreglos diarios de encimeras, escaleras y otros adornos «para seguir tirando», informa Efe.

A los efectos de la crisis se une la aparición de nuevos métodos como el uso, cada vez mayor, del vinilo y el láser en sustitución del cincel, «más laborioso pero con mejores resultados». El láser es, no obstante, más barato y rápido, según Jiménez, que dice que una serigrafía suele costar 100 euros frente a los 400 del relieve o grabado.

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Pero la actividad también ha evolucionado con pedidos cada vez más sofisticados y específicos, tendencia a la que se unen otras como la de pedir ya no sólo la foto del fallecido, sino imágenes de vírgenes y santos, «sobre todo el pueblo gitano, que no escatima en adornos y dinero para sus difuntos».

Pone como ejemplo el que considera uno de sus mejores trabajos: el mausoleo de una familia gitana que hace unos cinco años mandó adornar este espacio con figuras talladas en bronce, lo que costó «más de siete millones de las antiguas pesetas». No obstante, la gran mayoría de sus encargos suelen ser lápidas cuyo precio oscila entre los 250 y 500 euros.

Este marmolista, que talla y esculpe lápidas mortuorias para mausoleos, criptas y tumbas desde hace 32 años, también ha atendido peticiones extravagantes como las de las familias que quieren retratar a las personas fallecidas o esculpir las insignias de equipos como el Real Madrid o el Barça.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...