El 28 de febrero de 1992, a las puertas de la Exposición Universal de Sevilla, la ciudad conquistaba un espacio más, abandonado durante años para convertirlo en sede de la soberanía del pueblo andaluz: el Hospital de las Cinco Llagas sería el Parlamento de Andalucía.

El Parlamento de Andalucía comenzó siendo una cámara itinerante por la ciudad de Sevilla. Porque, aunque desde el principio se iniciaron gestiones para situarse en su actual ubicación, el edificio, que había estado 20 años abandonado, requería de una importante rehabilitación. Así que, durante una década, el Parlamento de Andalucía estuvo celebrando sus sesiones desde el Salón de Tapices de los Reales Alcázares, la Audiencia Territorial en la Plaza de San Francisco, o la antigua iglesia de San Hermenegildo en la Gavidia.

El mayor hospital de Europa

Como recoge la Memoria Histórica del Parlamento de Andalucía, 1982-2004, el origen del edificio en el que el Parlamento cumple 30 años, nace de la fundación de caridad que con el nombre de Las Cinco Llagas o de la Sangre crea en el año 1500 Catalina de Ribera, una acaudalada noble, y su labor la seguiría su hijo Fadrique Henríquez de Ribera, primer Marqués de Tarifa.

En 1546 se comienza la obra del que fuera entonces el mayor hospital de Europa, que a lo largo de su existencia realizó aportaciones decisivas a la medicina o al arte. Su ubicación, fuera de la muralla que cercaba la capital andaluza, fue toda una novedad. El proyecto del edificio, iniciado por Martín de Gaínza, partía de un gran rectángulo orientado a los puntos cardinales, de 173 metros de fachada principal por 156 de lateral. Las fachadas tendrían torres en sus ángulos y el complejo estaría conformado por 10 patios con galerías porticadas, en coherencia con la preocupación por la higiene de la corriente humanista, dotando al edificio de grandes cloacas. A todo ello se une la iglesia, exenta, en el patio principal.

Publicado originalmente en En Andaluz

Sin embargo, de este proyecto inicial, no todo vería la luz. El imponente edificio en forma de cuadrilátero nunca acabaría cerrado, quedando por hacer dos de cuatro torres -las traseras- y uno de los patios previstos: el que cerraría el complejo por nordeste. Las fachadas se realizan en piedra, con dos plantas, con pilastras toscanas en el primer cuerpo y semicolumnas jónicas en el segundo, las ventanas se rematan con frontones triangulares y en la fachada principal, frente a las murallas de la ciudad, se levanta la gran portada de acceso al edificio, en 1617.

Como un monumento en sí mismo se levanta la iglesia en el patio central. Su ejecución corresponde a Hernán Ruiz II, responsable de las obras del hospital desde 1558 hasta su muerte, en 1569. De estilo manierista, sobresale en altura respecto a todo el conjunto: unos 10 metros por encima de los techos. Con planta de cruz latina con brazos cortos, tras el altar semicircular se sitúa una sacristía rectangular. En el interior, iluminado por ventanas termales, destacan las monumentales columnas jónicas del segundo cuerpo, así como el cerramiento con potentes bóvedas baídas, que no corresponden a lo trazado por Hernán Ruiz, pues se deben a actuaciones posteriores ejecutadas hacia final del siglo XVI. En el altar se sitúa el retablo mayor, con pinturas realizadas por el pintor rondeño Alonso Vázquez en 1602. En el exterior destaca la portada principal, que ofrece esquema de arco triunfal con dos cuerpos, dórico el inferior y jónico el superior, rematados por un frontón. Destacando -igual que en la portada de la fachada principal- los escudos nobiliarios de don Fadrique y, en el cuerpo bajo, los relieves de las virtudes teologales labrados por Juan Bautista Vázquez el Viejo en 1564.

La inauguración como hospital se produjo en 1559 y mantuvo esta función durante más de 400 años hasta su desalojo en el año 1972. Durante su existencia realizó una gran labor asistencial, especialmente en épocas de epidemias, inundaciones o guerras. Desde su apertura, el edificio hospitalario estuvo en manos privadas, hasta la Desamortización de Mendizábal en 1837. A partir de ahí se hace cargo del mismo una junta de beneficencia, hasta que, a mediados del siglo XIX, la Diputación de Sevilla asume las ayudas asistenciales y pasa a ser la titular del mismo.

El complejo, acabó concentrando la atención hospitalaria de los demás centros de beneficencia, acabó a denominarse Hospital Central. Anteriormente, durante la Guerra de la Independencia, en una parte del mismo se instalaron las tropas para utilizarlo como hospital militar. A principios del siglo XX se instala también aquí el hospital universitario.

Su abandono, debido a su pésimo estado de conservación, que propicia la apertura de instalaciones más modernas, se produce en febrero de 1972, y aunque aún se mantenían algunos servicios comenzó un largo período de descuido que aceleró el deterioro ya existente, lo que ocasionó su cierre definitivo unos años más tarde, con la apertura, en 1974, del actual Hospital Universitario Virgen Macarena.

Salón de Plenos del Parlamento de Andalucía

De Hospital a Parlamento de Andalucía

El 19 de octubre de 1982 el Pleno de la Diputación de Sevilla -hasta entonces propietaria del complejo- acordó ceder las Cinco Llagas a las instituciones autonómicas. Mediante un convenio se cedió el edificio, y desde noviembre de ese año el Parlamento gestiona prácticamente en solitario el proyecto de estudio y revitalización. Las obras comenzarían en mayo de 1987. El proyecto se culmina y el antiguo Hospital de las Cinco Llegas se convertía en el Parlamento de Andalucía se inaugura de manera oficial el día 28 de febrero de 1992, con la celebración del Pleno Institucional correspondiente al Día de Andalucía.

Desde entonces, hace hoy 30 años, la antigua iglesia del hospital alberga los Plenos del Parlamento. Algunos meses más tarde se produce el traslado de la sede administrativa -entonces en la calle Reyes Católicos- y las antiguas salas de enfermos se ven ocupadas por funcionarios, grupos parlamentarios y servicios de la Cámara andaluza.

Aún quedarían por restaurar tres de los patios que conservaba el edificio, cuyas labores se retoman en otoño de 1996, recuperando así la totalidad de los 46.000 metros cuadrados del complejo edificatorio del conjunto. La nueva superficie estaría destinada a la ampliación de algunas dependencias del Parlamento y a la instalación de la Cámara de Cuentas de Andalucía, que, como antes el Parlamento, desarrollaba su trabajo en unas oficinas en régimen de alquiler.

Esta segunda fase de restauración comenzó el día 1 de marzo de 2000, y la culminación de estos trabajos llegó el 20 de febrero de 2003 con su inauguración.