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El aún presidente de la Junta reconoce en una entrevista al Grupo Vocento que asegura que «no podía seguir mucho tiempo» por razones «personales y familiares». Lamenta haber leído «cosas terribles» de su vida.

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha afirmado que uno de sus motivos para renunciar es porque no quiere que «ningún escándalo salpique» a Andalucía ni a la Junta. Griñán, en una entrevista concedida a los diarios del Grupo Vocento, ha subrayado que sabía que «no podía seguir mucho más tiempo» en este cargo por razones «personales y familiares».

El presidente andaluz lamente que se ha «escudriñado hasta el último dato» su vida y que en los últimos meses se han podido leer «cosas terribles», que asegura que no coinciden con su persona. En este sentido, deja claro que «nunca» hará daño a Andalucía, a la Junta o a su partido y reconoce en desgaste ocasionado por el caso de los expedientes de regulación de empleo (ERE) irregulares. «No tengo por qué aguantar por defender a Pepe Griñán, lo que quiero es defender a Andalucía y quien mejor puede hacerlo es lo quien me va a sustituir», afirma.

«Yo no quiero, bajo ningún concepto, que ningún escándalo salpique a la Junta y a Andalucía», sentencia, toda vez que deja claro que renuncia «por eso y por muchas otras cosas», apuntando a la necesidad de un «cambio generacional».

Afirma que, por ello, ha elegido un «cambio de generación y de género». «He sido sincero y espero que la mayoría lo comprenda, porque nada de lo que he hecho ha sido en mi beneficio, pero es sorprendente que quien pedía mi dimisión ahora hable de huida», agrega.

Griñán asegura que se está ante un «fin de ciclo y de tiempo» a la vez que ha explicado que hay «razones políticas» que le obligan a pensar que es necesario «recuperar el buen sentido de la política». «Hay que hacer un cambio y ese cambio yo no lo podía protagonizar«, recalca, indicando que en el último año se ha producido en España y Andalucía un «deterioro progresivo de la política» que hay que cambiar para evitar problemas en «el PSOE, el PP y la propia democracia».

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