El Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana ha rechazado por mayoría el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir, aprobado recientemente por el Consejo de Ministros del Gobierno de España.

 El pleno del Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana, que se celebraba hoy en Almonte (Huelva), ha rechazado por mayoría el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica para el Guadalquivir presentado por el Gobierno de España y que fue aprobado recientemente por el Consejo de Ministros.

El organismo, presidido por el científico Miguel Delibes, ha manifestado su voto negativo por, entre otras razones, considerar que la evaluación de las aguas de Doñana es insuficiente, no se incluyen acciones específicas suficientes para recuperar el acuífero ni para dar continuidad a la recuperación de las cuencas vertientes, contempla acciones como el dragado en profundidad y plantea escasas medidas de ahorro de agua.

Según el consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Luis Planas, el plan del Gobierno central «no garantiza la supervivencia de este espacio natural, ya que afectará negativamente a la calidad y cantidad de las aguas del Doñana. Planas aprovecha para recordar que el Gobierno autonómico ha trasladado ya al Ministerio del ramo la necesidad de que al estudio del posible impacto ambiental de los nuevos gaseoductos se incorpore una valoración conjunta de ambas instituciones.

Para el consejero andaluz, «Doñana sigue conservando e incluso mejorando los valores excepcionales universales que llevaron a incluirla en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1994 y que así lo entenderá el Comité del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco que se reunirá el próximo mes de junio en Camboya».

Antes de esta votación, el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, había defendido el proyecto para la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir destacando que promueve un ahorro de agua, impone limitaciones en las dotaciones para los riegos y el abastecimiento, y limita la sobreexplotación del acuífero Almonte-Marismas. Ramos también apuntaba al consenso entre  todas las administraciones implicadas, expertos, asociaciones, empresarios, regantes, ecologistas, sector energético y sociedad civil para la realización del Plan Hidrológico.

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