Pablo Carrasco dimite como director general de la RTVA
La elección del nuevo director general necesita por ley, del acuerdo de los dos grupos mayoritarios en el Parlamento andaluz. El gobierno bipartido no alcanzan la mayoría de tres quintos necesaria en última instancia, por lo que un acuerdo sin el PP es inviable.
La dimisión del director general de RTVA, Pablo Carrasco, origina un nuevo frente en el Parlamento de Andalucía. La elección del cargo, realizada por la Cámara andaluza, necesita del acuerdo de PSOE y PP, los dos grandes grupos parlamentarios puesto que la ley exige una mayoría cualificada de dos tercios en primera votación o de tres quintos en segunda, algo que sólo puede lograrse con la unanimidad de la Cámara o al menos con el acuerdo entre populares y socialistas.
De este modo, no será suficiente reeditar el apoyo de PSOE e IU que permitió a Carrasco convertirse en director general de la RTVA en noviembre de 2008 con el voto en blanco del PP, ya que entonces la suma de escaños de los actuales socios en el Gobierno andaluz si representaban tres quintos del Parlamento.
En la actualidad, la mayoría de dos tercios exigiría una aprobación de 72 parlamentarios, una cantidad a la que no llega la suma de los diputados socialistas (47) y de Izquierda Unida (12), que suman sólo 59 escaños, cifra también insuficiente para superar la mayoría de tres quintos que contempla la norma en caso de no alcanzar la de dos tercios. En esta segunda opción, harían falta 65 parlamentarios, una cuota tampoco es alcanzada por el gobierno bipartido. Por tanto, en cualquier decisión tendrá que estar presente el PP que cuenta con 50 escaños en la Cámara, siendo el grupo mayoritario en el Parlamento Andaluz.