Según la consejera de Salud y Bienestar Social, María Jesús Montero, unos 800.000 andaluces ha demandado atención de su médico de cabecera por problemas de depresión o ansiedad, en muchos casos relacionados con la situación económica actual.

El desempleo, la crisis y los desahucios se erigen como los principales culpables de este dato. Además, y según datos sanitarios aportados por su departamento, el drama del desempleo se asocia en muchos casos al suicidio, de manera que cada aumento del uno por ciento en la tasa de paro se vincula con un 0,8 por ciento de aumento en el número de suicidio en las personas menores de 65 años. También el estrés laboral y el empleo precario suelen tener repercusiones negativas sobre la salud mental.

Montero ha querido destigmatizar a las personas con enfermedad mental, ya que «la idea generalizada es que los trastornos mentales son graves y para toda la vida». Por lo que ha querido recordar que es un problema que le puede afectar a cualquier persona, ya que una de cada cuatro personas mayores de edad padece una enfermedad mental a lo largo de su vida. La consejera ha sostenido que «con la ayuda y el tratamiento adecuados, en la mayoría de los casos la recuperación es posible».

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