CARMEN LAFFON EN SU ESTUDIO DE LA JARA Foto Francisco Ortiz
Carmen Laffon en su estudio / Francisco Ortiz

Carmen Laffón (Sevilla, 1934), galardonada como Hija Predilecta de Andalucía, se caracteriza por una pintura intimista y figurativa donde la luz y el color impregna sus obras.

En un tiempo en que las vanguardias en España tendían al Informalismo y al arte abstracto, hubo una mujer que nunca abandonó la pintura figurativa otorgándole un plus de intimismo que invita a la reflexión y al deseo de conocer dicho lugar representado en el lienzo.

Carmen Laffón de la Escosura nace en Sevilla en el año 1934. Hija de una familia acomodada y culta, sus padres decidieron que cursara los estudios primarios y secundarios en su casa, lejos de los colegios públicos. A los 12 años tiene su primer contacto con la pintura gracias al pintor Manuel González Santos, que aconseja a la pequeña ingresar en la Escuela de Bellas Artes de la capital hispalense.

Sin embargo, terminaría sus estudios en Madrid. Tras acabar su formación, viaja por Europa a las grandes ciudades donde el Arte es más que cultura, más incluso que una forma de vida; como París, Roma o Viena. De vuelta a España, comienza a pintar sus primeros trabajos en la década de los 50 en su casa en el Coto de Doñana.

Ese paisaje será básico en toda su obra. Además de instalarse allí como lugar central de toda su carrera pictórica, Carmen Laffón sabrá como nadie trasladar al lienzo toda la luminosidad del Bajo Guadalquivir. Su pintura se caracteriza por el intimismo de los paisajes, las naturalezas muertas y los ambientes domésticos; reivindicando una pintura figurativa que parecía perder importancia dentro de la Historia del Arte del Siglo XX, sobre todo por la figura del estadounidense Jason Pollock.

En 1961 conoce a la persona que más influiría en su carrera artística: la marchante de arte Juana Mordó, que le permite exponer por primera vez y se convierte en una fija de sus exposiciones junto a otras grandes figuras de la pintura española como Antonio Saura, Manuel Millares y Antonio López.

Posteriormente, en la década de los 70, se acerca al mundo de la enseñanza con la creación de la Escuela ‘El Taller’, llegando a incorporarse en 1975 a la Cátedra de Dibujo del Natural de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, donde permanecerá hasta 1981. Un año después recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas. Entre otras distinciones, en 1998 es nombrada académica de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y en 1992 el Museo Reina Sofía de la capital de nuestro país le homenajea en una restropectiva de su obra. Es también en la década de los 90 cuando comienza a experimentar con la escultura.

Laffón ha abordado los temas más diversos: paisajes, retratos, naturalezas muertas o minuciosos estudios de objetos variados y de mobiliario. En todos ellos destacan la calidad del dibujo y la tendencia cromática, que convierte en mágicos los paisajes de Doñana, Sevilla o Sanlúcar de Barrameda; muy comunes en sus obras.

Por esa capacidad de capturar el instante y otorgarlo de un misticismo y sensualidad únicos, fue capaz de revalorizar la pintura en un tiempo donde la fotografía parecía haberse coronado como rey del realismo. Su «Sevilla desde el río» nos trae todo el color y la luz de la capital hispalense, y en su obra al óleo «Costura» aparte del costumbrismo, nos ofrece una vista desde una ventana para perdernos en el infinito. Es la visión de una Hija Predilecta de su madre tierra.